lunes, 29 de julio de 2019

BREAKTHROUGH

-Más allá de la esperanza-

"Ella entró aquí, entró, se sentó y gritó: '¡Ven, Espíritu Santo!' y dijo su nombre, y unos segundos después tuvimos un latido, me puso la piel de gallina".- Dra. Nancy Bauer, pediatra del hospital donde fue ingresado de urgencia John Smith.

"A veces si recibimos ayuda, pero desde dentro, desde lo más profundo del deseo de sobrevivir del paciente".- Dr. Kenneth Kamler.



 Breakthrough es una gran película de supervivencia por su sorprendente historia, pero cierto que muy diferente a lo habitual por su contexto religioso que desde luego a priori no la hace nada apta "para mentes con prejuicios", no serán pocos los que por este su trasfondo religioso simplemente la rechazarán de plano y le negarán en redondo la más mínima posibilidad de credibilidad a lo mostrado, y eso pese a que lo mostrado está basado en un hecho real perfectamente conocido y verificado. Y esto para mi puede resultar cuando menos curioso, cuando son muchos los científicos y médicos de reconocido prestigio que aún a día de hoy reconocen que la ciencia y la espiritualidad para nada tienen porqué ser excluyentes, claro que para eso hay que ser humildes y admitir que pese a que la ciencia hoy en día sabe más que nunca, aún es mucho más lo que desconoce, y sin duda mucho de lo que hoy se piensa pueden ser verdades absolutas, mañana pueden dejar de serlo. 


Los tres muchachos sobre el lago helado el mismo día del accidente momentos antes de que el hielo se quebrara y cayeran al agua helada, John Smit es el primero por la derecha (foto real).

 
 John Smith es un chico de origen guatemalteco que fue adoptado por una familia norteamericana y en el momento de los hechos narrados estaba jugando con unos amigos en un lago helado cuando sufrieron un accidente al romperse el hielo y caer al agua. Y fue él quien llevó la peor parte de lo sucedido, puesto que sus amigos pudieron quedar en la superficie, mientras que él se hundió, y se ahogó...


"John Smith, de 14 años, pierde la vida cuando se ahoga en el lago St. Louis pese a los esfuerzos por reanimarle. Tras el suceso, la madre del joven, desconsolada, entra en la habitación rezando en voz alta. En ese momento el chico comienza a tener pulso otra vez y vuelve a la vida después de estar una hora muerto". Sensacine

 Y no, lo anteriormente comentado en la sipnosis no es una errata, ni una fabulación, John Smith murió en el quirófano y su muerte fue verificada por un doctor. Antes de poder ser rescatado estuvo 15 minutos bajo el agua, cuando se le sacó a la superficie ya no tenía ni respiración ni pulso, estaba en parada cardiaca total, y estuvo otros 40 minutos en esa condición entre que fue trasladado y se le intentó reanimar después de su llegada al hospital y se abandonó todo intento de reanimación y de que sobreviviera. "No había respiraciones espontáneas. No había latidos cardiacos. En esencia, estaba frío y estaba muerto. Se había ido", dijo el doctor Kent Sutterer, el médico de urgencias que estaba de servicio ese día, hasta el punto de que se acercó y le dijo a Joyce Smith, la madre del chico, que podía subir y entrar a la sala para despedirse de su hijo, pero cuando la madre llegó a su lado y se puso a orar desesperada rogando por la vida de su hijo (en voz alta de modo que todo el mundo allí al lado podía escucharla) "Espíritu Santo, por favor ven y devuélveme a mi hijo", sucedió que el corazón de John Smith volvió a latir y contra todo pronóstico ya no se detendría más. 


(fotograma de la película).
 Luego entonces aquí tenemos un caso bastante extraño y excepcional, sin duda, y precisamente por eso llamó mi atención. ¿Y debemos desconfiar de lo que nos cuentan? Por supuesto, siempre, como suelo decir un buen survivalista siempre debería desconfiar hasta de su sombra... Aunque quizá esto requeriría cierta aclaración porque aquello de que "ser desconfiado" acostumbra a estar mal visto socialmente, y algún día tendré que explicar porque se debe ser desconfiado "incluso con uno mismo" (de ahí lo de desconfiar "hasta de nuestra sombra"), y es que debido al modo natural en que trabaja nuestra mente y el modo en como procesa la información es del todo habitual que con gran facilidad nos induzca a error, y por tanto en asuntos de supervivencia siempre se debe imponer el análisis concienzudo en toda situación, más allá del saber y la experiencia previa, para no llevarnos sorpresas desagradables, e incluso mortales, y es que "los que suelen palmar", suelen ser los confiados, y esto es ya del todo demostrable en la actualidad con los actuales conocimientos que tenemos del lógico funcionamiento de nuestra mente por medio de las modernas disciplinas de la Psicología y la Neurociencia.


  Así que habrá que arrojar un poco de luz después de la ardua tarea de investigación que como de costumbre he realizado, porque la conclusión a la que he llegado es que la historia es cierta, sorprendente "e increíble", pero cierta. En una de las citas de la cabecera he citado al doctor Kenneth Kamler. Kenneth Kamler es uno de los doctores de más reconocido prestigio en lo tocante a la especialidad de medicina en situaciones extremas, como doctor se integró en numerosas expediciones extremas en los más diversos entornos, mar, desierto, selva o montaña, habiendo  participado en este último entorno en varias expediciones en el Everest, y siendo en alguna de ellas médico de expedición y escalador para National Geographic, y en otras dos Médico Jefe de Alta Altitud para investigaciones patrocinadas por la NASA sobre respuestas fisiológicas humanas a altitudes extremas.


El equipo de rescate sacando a John Smith a la superficie después de 15 minutos sumergido... (fotograma de la película)

  E
l doctor K. Kamler entre sus muchos casos extremos, contó uno que a mi particularmente me llamó la atención por la similitud que guarda en algunos puntos con el que nos ocupa, el de un sherpa que sufrió una caída atravesando una grieta en el hielo sobe una escalera, y que entre otras cosas se había golpeado  fuertemente la cabeza en la caída además de permanecer con ella congelada entre nieve y hielo durante más de media hora hasta que fue de nuevo rescatado por un equipo de escaladores españoles y nepaleses y llevado al campamento base del Everest a 5300 metros de altura para que él como doctor se hiciera cargo, y donde le aplicó todo el tratamiento que en aquellas condiciones le era posible con los medios allí disponibles, y que no era mucho, llegando a la conclusión de que inevitablemente dadas las lesiones, aquél hombre de nombre Pasang, moriría. Sin embargo muchas horas después, y aunque había visto morir a pacientes mucho más rápido en unidades de cuidados intensivos con un aspecto mucho más saludable, aquél hombre seguía con vida. A su alrededor dentro de la tienda donde estaba tumbado sobre una plataforma de roca que hacía las veces de improvisada mesa, los otros sherpas estaban reunidos orando y así llevaban horas y horas sin cesar con su monótono cántico, y desde los alrededores de las otras tiendas de campaña que rodeaban el campamento, a su vez se oían más cánticos, un coro uniforme e incesante donde otros sherpas velaban, produciendo según palabras del propio doctor K. Kamler en el silecio de la noche "un murmullo cuadrafónico que emanaba de las entrañas  mismas de la montaña". Y no sabía porqué, pero de lo único que estaba seguro es que aunque aquello atentaba contra todo lo que la ciencia como médico le había enseñado, si aquél cántico cesaba, su paciente moriría:
"De eso estaba seguro; tan seguro como se puede estar en una tienda de campaña helada sobe la montaña más alta del mundo, respirando la mitad del aire del que existe a nivel del mar"

John Smith durante su epopeya de supervivencia (foto real).

 Y aunque Pasang no debería haber sobrevivido como tampoco lo debería haber hecho John Smith, también lo hizo. Durante la noche su débil pulso se fortaleció, disminuyó la hinchazón de su cara y abrió los ojos según igualmente nos contó el doctor Kenneth Kamler:
 "Con la luz de la mañana los cánticos cesaron y el conjuro se quebró. Aunque yo tenía la sensación de haber observado la escena desde lejos, había sido testigo de una fuerza sanadora que superaba los límites de la medicina. Los cánticos habían generado una energía en el interior de Pasang, una voluntad de vivir, y eso había invertido su deterioro. Una fuerza espiritual había creado un efecto tangible, un milagro en lenguaje. Mi formación médica debería haberme llevado a explicar su recuperación en términos de impulsos nerviosos y reacciones químicas, pero ante este testimonio indiscutible en lo alto de una montaña del Himalaya, hasta un hombre sin fe cree. No existía ninguna razón médica para que Pasang estuviera vivo. Comprendí entonces que practicar la medicina extrema significaría a veces presenciar fenómenos que jamás entendería, e incluso formar parte de ellos".

Joyce Smith, en todo momento orando y apoyando a su hijo hasta el desfallecimiento por agotamiento... (fotograma de la película).


 Pero volviendo a nuestro caso... "Los médicos nos dijeron que John no iba a vivir toda la noche", dijo Joyce Smith, aunque los latidos de su corazón habían regresado, John solo tenía la función del tronco encefálico y sus niveles de oxígeno en la sangre eran críticos. Pasaron casi 48 horas antes de que John abriera los ojos y los médicos creían que definitivamente tendría daño cerebral permanente. Predijeron inflamación del cerebro, convulsiones e infecciones pulmonares, pero sus predicciones nunca se cumplieron, y esto ocurrió "Justo después de una hora sin absolutamente ningún signo de vida en su cuerpo", dijo el Dr. Kent Sutterer, el médico que estaba trabajando en la sala de emergencias el día que John fue llevado al SSM St. Joseph West Hospital. Es "Una curación completa. Él no tiene ningún ataque. No tiene ningún déficit neurológico, todas las secuelas que esperamos de este tipo de casos. Nada. Es completamente el mismo chico que era antes". El Dr. Sutterer fue quien reconoció a John cuando fue llevado a la sala de emergencias y su hija era compañera en la misma clase de 8º grado de John.

John Smith abandonando el hospital por su propio pie el 4 de febrero, 16 días después de su ahogamiento en el lago (foto real).

 Desde el punto de vista médico el único factor que realmente favoreció a John es que se trataba de un ahogamiento con agua fría, según dijo el Dr. Jeremy Garrett. Dijo que bajar la temperatura corporal puede preservar la función cerebral, pero que "en realidad no debería haber funcionado en el caso de John". Esto se debe a que el agua del lago estaba a solo unos 4 grados centígrados (el motivo de la rotura del hielo del lago es que el agua ya estaba en proceso de descongelación por aquellos días) y la temperatura corporal de John solo bajó hasta 31 grados centígrados, lo que no es una temperatura lo suficientemente fría para proteger adecuadamente el cerebro.




 La película como tal es controvertida y tiene opiniones para todos los gustos, pero en lo que nos ocupa "las opiniones" (informaciones no verificadas de modo fiable) "no me interesan, ni de los unos, ni de los otros", para gustos colores y personalmente aunque podía explicar mucho más no voy a decir por aquí más de lo que ya he comentado y que como claramente se ve está bien fundado y documentado en hechos y datos contrastados, y he preferido centrarme en aquellos puntos más relevantes dejando como de costumbre para quienes quieran ver la película aún muchos detalles interesantes, aunque esa es otra de las razones por la que también he usado el citado caso del Doctor Kenneth Kamler y el sherpa Pasang, y su curación "igualmente milagrosa", y que cuando veáis la película, seguramente comprenderéis...

 Saludos, y que la disfrutéis, porque yo al menos, la he disfrutado, no todos los días se conocen historias tan bien documentadas donde una persona es capaz de sobrevivir contra todo pronóstico más allá de los límites que marcan la ciencia y la medicina.