jueves, 31 de diciembre de 2020

"LAS LEYES DE LA NATURALEZA SIEMPRE ESTÁN 
POR ENCIMA DE LAS LEYES DE LOS HOMBRES"




  La sentencia que encabeza este artículo es de un servidor, la he empleado en varias conversaciones, y la misma expresa un hecho que hace ya muchos años que tengo meridianamente claro, si queremos ir de cabeza al desastre no tenemos más que tratar de ignorar la naturaleza "y pretender ningunearla", como una vez más ha quedado en evidencia en este 2020 que hoy termina "con este pequeñito" llamado COVID-19. De hecho, entre los países que proporcionalmente a su número de población han sufrido y sufren sus peores consecuencias, están por lo general aquellos en donde sus gobernantes henchidos de soberbia lo menospreciaron y no tomaron diligentemente las medidas oportunas.

 Y si, lo sé, puede resultar curioso que ya en pleno siglo XXI el hombre aún no se haya percatado de que no es el dueño de este planeta, y tan sólo está aquí de prestado, cuando si repasamos la historia lo que nos sobran son ejemplos que nos muestran claramente una y otra vez que por mucho que nosotros queramos ignorar las reglas del mundo en que vivimos, estas existen, y si lo hacemos los más probable es que nos pasarán factura. Creedme, ya sea más pronto o más tarde, lo que es casi seguro es que nos pasarán factura...

Otro "pequeñajo peligroso", como ahora veremos...


  Pero no, constantemente nuestros gobernantes hacen leyes y normas ignorando las leyes de la naturaleza, como si por hacer una ley que diga que mañana no salga el Sol, este ya fuera a hacer caso de ella y por tanto por lo que diga esa ley no fuera a salir, como en el ilustrativo y conocido caso del exterminio de los gorriones en China, donde el gobierno de Mao Zedong , cuyo dirigente tenía por lema "ren ding sheng tian" (el hombre debe derrotar a la naturaleza), decretó que fueran completamente eliminadas cuatro especies consideradas letales para las cosechas: ratones, moscas, mosquitos y gorriones. El argumento para exterminar al gorrión común fue que devoraba el grano almacenado. Se publicaron cálculos según los cuales cada gorrión comía de media 4,5 kg de grano al año. Por lo tanto, matando a un millón de gorriones, se podría alimentar a 60.000 personas más. Según palabras de Mao Zedong, «los gorriones son una de las peores plagas, son enemigos de la revolución, se comen nuestras cosechas, mátenlos. Ningún guerrero se retirará hasta erradicarlos, tenemos que perseverar con la tenacidad del revolucionario».

 Y las consecuencias que tuvo tal disparate, ya las sabemos, la consecuencia del casi total exterminio de millones de gorriones en China fue que se dejaron los campos vulnerables a los ataques de los insectos. Las cosechas fueron devoradas por las langostas y millones de personas murieron en la pobreza. La tasa de natalidad disminuyó y la de mortalidad aumentó, y los daños económicos fueron terribles, sobre todo para el pueblo llano, que como de costumbre (y la actual pandemia y su crisis derivada es otra gran muestra de ello) es el que principalmente acaba pagando las negligencias e irresponsabilidades de sus gobernantes cuando finalmente los dejan abandonados a su suerte con sus disparatadas leyes y normas.
         
No podemos verlo, pero si pudiéramos hacerlo a día de hoy el aspecto de una gran parte del subsuelo de nuestro planeta sería algo parecido a esto...

                                                              
  Y así seguimos, perforaciones y extracciones en el planeta que están dejando el subsuelo "como un queso de gruyere", millones y millones de metros cúbicos de espacio robados al mar, una contaminación ambiental apabullante que sigue destruyendo innumerables ecosistemas, etc. ¿Y de verdad sabiendo todo esto alguien se va a sorprender por lo que está por venir?

  Y esto a nivel global, pero a nivel local es más de lo mismo, llega el político de turno y decide "que puede construir donde le apetece" según sus intereses ignorando las más elementales leyes de la naturaleza, porque quien dicta la ley es él, y claro, acaba ocurriendo lo previsible... En nuestro país tenemos un triste y muy ilustrativo caso como es el del camping de Las Nieves de Biescas en Huesca que es digno de estudio para poder entender estos aspectos que estoy comentando. El camping se construyó sobre el cono de deyección de un torrente de grandes dimensiones y altura, y el 7 de agosto de 1996 a consecuencia de unas fuertes y constantes precipitaciones tuvo lugar una crecida extraordinaria y súbita del Torrente de Arás que lo arrasó. En la tragedia murieron 87 personas y 187 resultaron heridas.

 Y aunque como en el presente caso del coronavirus se alzaron varias voces sensatas advirtiendo de lo que podía ocurrir, los gobernantes igualmente decidieron ignorarlas. El funcionario del Servicio de Conservación del Medio Natural (COMENA) del Gobierno de Aragón, Emilio Pérez de Bujarrabal, Ingeniero de Montes, ya había emitido un informe negativo a la instalación del camping. Y el científico, botánico y ecólogo Pedro Montserrat Recoder, investigador del Instituto Pirenaico de Ecología-CSIC alertó en 1988 de la peligrosidad de ubicar una instalación en un cono de deyección donde se producen perturbaciones periódicas, tal como señala la presencia de un arbusto espinoso, el espino amarillo (Hippophae rhamnoides). Sus palabras sobre este escambrón de hoja plateada fueron: "allí compite con las sargas y rosales, penetrando en los conos de barrancos laterales como el de Arás que ahora se pretende urbanizar. Es mata de mal agüero, de ambiente torrencial, de rambla indómita que algún día volverá por sus fueros; quisiera ser mal profeta" (página 272 del tomo 6 de la Enciclopedia Temática Aragonesa, 1988).



 He resaltado y subrayado esta frase en concreto, porque es concluyente y determinante en lo que nos ocupa (la supervivencia) la naturaleza algún día volverá por sus fueros, siempre lo acabará haciendo, y ante ella los hombres no somos nada, por más que nuestra soberbia como acostumbramos no nos lo deje apreciar hasta que ya sea demasiado tarde. Nunca lo olvidéis, es mi último consejo para este fin de año  y con mis mejores deseos para vosotros en el que entra "LAS LEYES DE LA NATURALEZA SIEMPRE ESTÁN POR ENCIMA DE LAS LEYES DE LOS HOMBRES", y es un consejo aplicable a todo, incluso a cuando salimos a hacer senderismo a la montaña sin preparación ni previsión alguna como tantas personas aún hacen y con ello ignorando las más elementales normas para la supervivencia, ignorando las más elementales leyes de la naturaleza.



Saludos.