miércoles, 30 de septiembre de 2020

 EL TIGRE Y EL VIEJO CAZADOR


A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo.- Jean de La Fontaine



  Hoy os traigo una película que ya vi hace unos años (allá por el 2017), y que creo merece tener su reseña en este blog, "El tigre, o la historia de un viejo cazador", una poco conocida película en nuestro país (por aquello de que en su momento no se estrenó por aquí y ni tan siquiera está doblada a nuestro idioma), pese a que abarca al menos tres géneros de modo brillante, el histórico, el de aventuras, y el de supervivencia:

"1925, Corea está ocupada por los japoneses. Chon Man-deok, considerado en otro tiempo el mejor cazador de tigres de Corea, vive en la montaña de Jirisan con su hijo. Mientras, un militar japonés moviliza a un grupo de soldados para cazar al último gran tigre de la zona, devolviendo a su vez a Chon Man-deok a la acción". (FILMAFFINITY)


  Y si, nos cuenta una dramática historia de supervivencia con el trasfondo histórico de la ocupación de Corea por el ejército japonés durante cerca de 35 años y que terminó con la rendición japonesa en la Segunda Guerra Mundial. Una historia de un pueblo sometido por la fuerza, y alrededor de él la de algunos hombres que malviven del oficio de la caza para la gloria de un henchido de soberbia gobernador japonés que ansía exterminar los últimos tigres que aún habitan las montañas del país que ocupan y someten...

El "gran" protagonista de nuestra historia...
                                                                        
 Pero he dicho que además es histórica, y no sólo lo es por la dominación japonesa, porque... ¿qué hay de verdad en cuanto a los tigres y sus caza en Corea por entonces? Pues lo cierto es que a principios del pasado siglo los enormes y numerosos tigres que allí entonces aún habitaban eran los grandes señores de los bosques, causaban numerosas muertes y sembraban el pánico por doquier, al punto que jinetes y porteadores se negaban a viajar de noche, incluso aunque no lo hicieran en solitario. Y sólo viajaban de noche si se veían obligados bajo amenazas o promesas de más dinero, haciéndolo entonces en grandes grupos con mucha precaución mientras blandían antorchas, tocando gongs y confiando en sus creencias supersticiosas. Algunos de los tigres más peligrosos y feroces de Corea eran los que habitaban en las laderas de Inwangsan, en las afueras de las murallas de la ciudad de Seúl. Estos tigres a menudo se alimentaban de leñadores y comerciantes de leña que viajaban hacia y desde la ciudad de Goyang, especialmente en el paso de Muakjae.

Cazadores de tigres en Corea a principios del pasado siglo.

 Así que finalmente ocurrió lo habitual en estos casos, y cuando los tigres se convirtieron en una molestia para la expansión de las actividades humanas, se convocó a cazadores profesionales para librarse de su amenaza. Estos hombres eran muy respetados por coreanos y extranjeros por su valentía. Muchos estaban armados con viejos fusiles de percusión o cañones de mano, que tenían que apoyarse en el hombro de un hombre mientras otro disparaba. Sus armas no eran la única parte anticuada de su equipo: su bolsa de municiones era "a menudo la piel de la cabeza de un ave, el pico se mantenía cerrado por un anillo hasta que se quería una bala". Las armas eran de gran calibre, pero tenían sus defectos, ya que debido al corto alcance efectivo y al lento tiempo de recarga, no efectuar un disparo certero a menudo resultaba fatal para la supervivencia del cazador, y era frecuente que muchos sucumbieran en el lance.

Un tigre cazado en una zona minera de Corea hacia 1920.

 Se cuenta que una gran excepción fue Kim In-won, nacido en Goyang alrededor de 1831, quien comenzó a cazar tigres cuando solo tenía 20 años. En una entrevista con un misionero estadounidense en 1907, se jactó de haber matado a 14 tigres, uno tan grande que requirió ocho hombres para transportarlo. Como prueba, llevaba una decoración dorada (similar a un pendiente pero recortada sobre la parte superior de la oreja izquierda) que le había sido regalada por el emperador Gojong por su destreza y valentía en la caza. Pero cuando terminó el siglo XIX, también lo hizo la carrera de Kim como cazador de tigres. La edad había hecho mella en su fuerza y ​​resistencia y se vio obligado a retirarse. No obstante en una década, casi todos los cazadores de tigres coreanos acabaron siendo privados de sus armas y por tanto su medio de vida, bajo la invasión  del ejército japonés. 

Como bien se muestra en el film, la vida del cazador de tigres a menudo dependía de un único y certero disparo...

 Es por tanto esta que se nos recrea en la película la historia de un pueblo sometido por la fuerza, y alrededor de él la de algunos hombres que malviven del oficio de la caza, y entre estos hombres y sus anhelos veremos como transcurre el drama, unos anhelan "la gloría" (el gobernador japonés), otros anhelan venganza (el líder local de los cazadores), otros anhelan hacer lo correcto (el cazador y buen amigo del líder cazador), hay quien en su aún bisoña candidez anhela y sueña con el amor y un futuro mejor (el joven hijo del viejo cazador), hay quien atormentado sólo anhela vivir en paz con su hijo, y con respeto a su montaña y quienes la moran (el viejo cazador), y finalmente hay quienes sólo "anhelan" vivir en su montaña, porque no entienden de anhelos (los tigres). En conclusión esta película es una bella obra de arte, una cinta para disfrutar y sentir, de acertada realización y con una intensa historia de la oscuridad y la luz en el corazón de algunos hombres. Si aún no la habéis visto, no os la perdáis.



Saludos.