martes, 4 de abril de 2017

EL MITO DEL PASTOR Y LA SUPERVIVENCIA

EL MITO DEL PASTOR Y LA SUPERVIVENCIA

"Siempre se le aparece la Virgen a los pastores" ― Refranero Popular

El noble y antiquísimo oficio de pastor ¿La mejor escuela de supervivencia?


 Y podríamos añadir hoy día también este similar al refranero popular survivalero "Siempre se le aparecen los pastores a los aficionados a la supervivencia", o como diría aquél de la famosa película "A veces veo pastores". Pero dejemos las bromas aparte, porque hay que reconocer que el tema ya da para tomárselo en serio, y es que no es raro hoy día que en una conversación de cuestiones del dominio y conocimiento de las técnicas de supervivencia no intervenga alguien con la consabida mención a los pastores, aludiendo a esos grandes supervivientes a los que nadie puede hacer sombra y que nos dejan al resto de los mortales a la altura del betún en dicha materia.

 Bueno a todos no... ¡Qué un servidor fue pastor antes que Boina Verde! Mira por donde tengo yo sin pretenderlo la mejor acreditación y título alguno que se puede tener hoy día en el mundillo este de la supervivencia según la gran mayoría de sus integrantes. Y es que efectivamente aún por unos cuantos años fui pastor en mi niñez y adolescencia cuidando el ganado en mi querida Cordillera Cantábrica, y es que mis antecedentes familiares en la montaña de León son ganaderos (también mineros), mis bisabuelos, mis abuelos, mis padres, mis tíos, fueron ganaderos y me enseñaron el oficio del pastoreo el cual realicé por muchos años pasando largas jornadas en la montaña, primero con ellos y luego ya sólo. Bueno, sólo del todo no, también contaba con los perros como todo buen pastor que se precie, guardo buen recuerdo de nuestros estupendos mastines (lo que me ha dado con dicha experiencia el conocimiento para poder escribir cosas como esta) y de nuestros "perros lobo" de la montaña Cantábrica. Y, ojo, lo de los "perros lobo" no es de cachondeo, pero como es lógico el que no haya sido pastor en la montaña de mi zona pues no sabrá de lo que hablo, o sea que habrá que dejarlo también claro para que alguien no saque conclusiones antes de tiempo y piense "¿Pero este qué tonterías dice? ¿Perros lobo cuidando ganado?" Lo siento, tengo "la fea costumbre" de que no acostumbro a hablar de lo que desconozco, que por cierto, es mucho. 

Pastor de ovejas en zona de montaña, un entorno muy concreto


 Así que "cojamos al pastor por los cuernos", digo... perdón... "al toro". Tanto hablar de ganado y pastores lo mezcla uno todo ¡Y hagamos las preguntas! ¿Es cierto que un pastor es por derecho propio "un superviviente" excepcional al que pocos pueden osar compararse? ¿O estamos una vez más ante un mito y una exageración, o sea lo que común mente se acostumbra a llamar "una leyenda urbana"? ¿Cuál es la respuesta cuando se analiza fría y objetivamente y con conocimiento de causa y fuera de la acalorada discusión del momento? Pues me temo que la respuesta es que efectivamente es una leyenda urbana, el mero hecho de ser pastor no te hace mejor superviviente en la práctica que otra persona que no lo sea, y es que una vez más se obvia el hecho de que en temas de supervivencia las situaciones y variables son tan numerosas e impredecibles que dependiendo de la situación en concreto el pastor puede incluso ser uno de los peores supervivientes, independientemente de su época y zona, y es más, quizá precisamente por ello. 

 Y es que tenemos que el "pastor clásico", ese pastor que se ha dedicado toda su vida exclusivamente a su oficio, es un superviviente altamente especializado en un entorno específico y en unas condiciones concretas, no tiene por ejemplo nada de extraño que un pastor criado en una zona de montaña no supiera nadar, lo que lo convierte en un pésimo superviviente en situaciones donde se requiera esa destreza, son muchos los pastores que no querían ver delante presa del pánico todo lo que superara un charco, o que incluso han muerto ahogados, desde el "frío objetivo" de la lente de nuestro análisis el titular sería algo así "Pastor de montaña, especializado en duras condiciones de supervivencia incluso invernales y en solitario, gran experto en plantas, trampeo y en el arte de hacer fuego, muere ahogado al caer a una acequia". ¿Y si lo llevamos de la montaña a otra zona que no es la suya, por ejemplo al Ártico? Pues más de lo mismo, o mejor dicho como los demás mortales, hay muchos especialistas en botánica que no han sido pastores y saben en general de plantas mucho más que estos, un pastor fuera de su zona puede resultar en la práctica "un auténtico analfabeto" en temas de supervivencia, por mucho que en su zona y con su ganado sea "el rey del mambo". ¿Y en tema de primeros auxilios, que tal andan nuestros pastores? Una cosa es que puedan hacer un apaño llegado el caso y prepararse un brebaje o una cataplasma, pero ante una verdadera emergencia, habría que ver... Y esto por una parte, por la que atañe a su especialización en cuanto a conocimiento, pero es que además un pastor guarda muchos ases en la manga, y esto nos lleva a abordar un error frecuente al mencionar el tema, ya que comúnmente el oficio de pastor se desarrolla en una situación de "autosuficiencia", que no de "supervivencia", de entrada tiene su sustento garantizado por su propio oficio al contrario de lo que suele ocurrir en una verdadera situación de supervivencia, leche y carne no parece que le falten, alguna vez lo he hablado con uno de mis tíos, ya a punto de jubilarse del oficio, y no pude por menos que reírse del asunto.

Joven pastor Masái, un "gran superviviente"... en su tierra

 Y ya no digo nada si nos metemos en el aspecto psicológico y mental, como digo he sido pastor en mis primeros años de vida, esos que te definen en gran medida, pero ni de lejos se puede comparar esa experiencia con la que tuve con mi paso por una Compañía de Operaciones Especiales, las vivencias allí sufridas fueron las que realmente "abrieron mi visión" en ese aspecto haciendo aparecer ante mi lugares recónditos de la mente humana que de otra forma ni hubiera sospechado, "mi Boina Verde" fue lo que realmente me aportó el bagaje y el conocimiento mental necesario para junto con mi afición por el estudio de la psicología (estudio y práctica) entender que es realmente una situación de supervivencia y como se debe abordar y entrenar. No tiene nada de raro que algunos de los más grandes instructores de supervivencia en sus diversas facetas que ha dado nuestro país hayan llevado o lleven la Boina Verde sobre sus cabezas, Alberto Ayora, Cecilio Andrade o José Miguel Ogalla por citar a algunos, aunque al igual que el ser pastor, no necesariamente el haber pertenecido a las Fuerzas Especiales de un ejército garantiza que seas un excelente instructor, o un excepcional superviviente, al final detrás de todo lo que está es la persona concreta, ella y su propia singularidad es lo que junto con sus vivencias determinadas y determinantes nos dará el resultado final y no tanto por si sólo un oficio concreto, al respecto ya hice mención al asunto en algún que otro trabajo, como por ejemplo este "Estudio y enseñanza de supervivencia: APTITUDES Y ACTITUDES" 

 Así que la última reflexión que os deja este "Pastor Boina Verde" (mira que lo tenía fácil para vivir del cuento, "y lo he estropeado") es que no os dejéis arrastrar por cantos de sirena, los conocimientos de un pastor le pueden aportar llegado el caso durante una situación de supervivencia determinada una solución concreta para nada desdeñable, pero de eso a lo otro y vender que un pastor es el no va más en el campo de la supervivencia. Un pastor pude ser o no tan buen superviviente como el que más, o el que menos, y es que amigos en aspectos de supervivencia "la cruda realidad" enseña que todo es siempre relativo, y depende... siempre depende.

Saludos.

P.D.: Se me olvidaba, este trabajo va dedicado a aquellos que se han dedicado en la vida a tan noble oficio, ¡a todos los que son o han sido pastores! (¡Vaya, me lo he dedicado también a mi mismo! :D )

No hay comentarios:

Publicar un comentario