lunes, 5 de junio de 2017

Visión nocturna, esa gran facultad desconocida

VISION NOCTURNA, ESA GRAN FACULTAD DESCONOCIDA

"Transforma tu cuerpo entero en visión, hazte mirada." - Rumi




 Andar de noche por el monte sin linterna o cualquier otro tipo de iluminación artificial, es una experiencia que nunca debería faltar en ningún aficionado a esto nuestro, en la preparación de la supervivencia. Si no lo has hecho no te darás la posibilidad de descubrir la sorprendente capacidad que tenemos de visión nocturna, capacidad que dependiendo de cada persona, hasta aproximadamente media hora de estar en total oscuridad no empieza a funcionar a pleno rendimiento. Eso si, los fumadores tienen un handicap, porque el tabaco además de reducir la visión periférica reduce la visión nocturna en un gran porcentaje, y por supuesto, del mismo modo que no todos tenemos la misma capacidad de visión diurna, tampoco tenemos todos la misma capacidad de visión nocturna. Incluso hay una enfermedad reconocida que padecen algunas personas denominada "retinosis pigmentaria" en la que uno de las principales síntomas es la degeneración progresiva de la estructura del ojo sensible a la luz, la retina, que poco a poco va perdiendo las principales células que la forman, los conos y los bastones, produciendo una disminución lenta pero progresiva de la agudeza visual que en las primeras etapas afecta predominantemente a la visión nocturna y al campo periférico, manteniéndose sin embargo la visión central.

 En la visión nocturna biológica, el fotopigmento de rodopsina en los bastones de la retina del ojo experimentan un cambio en su forma mientras que la luz es absorbida por ellas. El tiempo máximo de la acumulación de rodopsina para la visión óptima de noche en seres humanos es de unos 30 minutos mínimo. La rodopsina en los bastones del ojo humano es insensible a las longitud de onda más larga de la luz roja, así es que se utilice mucho la luz roja para preservar la visión nocturna y no agotar el almacenamiento de rodopsina en los bastones. Es la explicación de porque se han de usar filtros rojos en las linternas, y de porqué en el ámbito militar es algo fundamental, incluso en vehículos, la luz roja respeta la visión nocturna.

 Todo esto es debido a la adaptación que experimenta el conjunto del aparato visual como respuesta a los distintos cambios de iluminación a los que se ve sometido. Las variaciones que permiten la adaptación a la cantidad de luz se producen en ciertas estructuras del órgano visual, pero sobre todo ocurren cambios fundamentales a nivel de retina y en células neuronales superiores ligadas íntimamente con ella. 

 La retina es un tejido extremadamente complejo, formado por neuronas modificadas sensibles a la luz. Se halla situado en la parte más interna del polo posterior del ojo y es el lugar donde se proyecta la imagen del resto de las superficies refractivas oculares. La función esencial de la retina es la de absorber luz, y transformar esta energía lumínica en eléctrica, única energía procesable por el cerebro. Esta transformación recibe el nombre de transducción y solo pueden llevarla a cabo neuronas especializadas de la retina llamadas fotorreceptores, a los que dividimos en dos tipos: Conos y bastones, cuyos nombres se deben a las distintas formas de sus segmentos externos. 



 No voy a seguir con la explicación fisiológica detallada del proceso porque serían decenas de páginas. Lo que nos interesa es la aplicación práctica, así que vamos a la conclusión:

 "El ojo adaptado a la oscuridad posee una sensibilidad espectacularmente superior con respecto a su estado de adaptación a la luz, con el que frecuentemente trabajamos. Para llegar a su máxima sensibilidad debemos permanecer en una oscuridad total durante al menos 30 minutos. El uso de la luz eléctrica y el alumbrado nocturno nos han hecho olvidar la gran capacidad de nuestra visión nocturna, que por otro lado utilizamos durante millones de años para sobrevivir. Este olvido, no hizo sino más que agrandar el asombro que se produjo en la ciencia del siglo XX, al comprobar la increíble facultad de percepción de luz en condiciones escotópicas, llegando al límite visual, próximo a 100 fotones. De ellos, solo aproximadamente siete interactuarán con una molécula de fotopigmento en siete bastones diferentes, dando como resultado una respuesta eléctrica procesable por el cerebro. Un solo fotón es capaz de estimular a un bastón. Además, las características de la visión en la oscuridad están íntimamente relacionadas con las propiedades físico-químicas de la rodopsina y la capacidad de sumación espacial de la red de bastones. También resulta sorprendente la versatilidad de nuestro sistema visual en cuanto a sus límites máximo y mínimo de adaptación a la luz y la gran diferencia de luminancias que existe entre ellos. En definitiva, el ojo adaptado a la visión nocturna posee un poder visual que desconocemos generalmente, debido a que nuestros escenarios visuales de luz artificial no nos permiten trabajar con los fotorreceptores más sensibles, los bastones, y olvidamos la tremenda eficacia de éstas, nuestras células de la percepción de lo invisible, de la percepción de la oscuridad" El poder del ojo adaptado a la oscuridad  - Raúl Martínez López 

El autor del post disfrutando de una salida nocturna...

 En su momento llevé a mi hijo en una pequeña salida nocturna por el monte para que descubriera la experiencia por primera vez. Llovía y estaba muy nublado, pero aún así hicimos los 4 kilómetros entre ida y vuelta sin emplear ni linternas ni frontales (Lo que no quiere decir que no los lleváramos). Posteriormente me ha acompañado en otras salidas aún más largas por zonas más complicadas e incluso algunas con niebla cerrada en las mismas condiciones. En todo el trayecto nunca empleamos tampoco ningún tipo de luz artificial, salvo un par de consultas que hice en una de ellas a la brújula con el filtro rojo de la linterna (la niebla requiere un tratamiento alternativo y una especial precaución). Esas salidas en concreto fueron en la Cordillera Cantábrica, aunque suelo acostumbrar a hacer salidas de este tipo en otras zonas. Eso si, tampoco se trata de hacer locuras y de meterse por zonas desconocidas y peligrosas sin necesidad, pero salir a sitios donde se ha estado en el monte de día, por la noche y sin ayuda de luz artificial, es una experiencia que entre otras cosas, merece la pena para comprender que en muchas ocasiones esta no es ni necesaria.

Saludos. 

BIBLIOGRAFÍA 
1. El poder del ojo adaptado a la oscuridad - Raúl Martínez López , OC nº 13.406 
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14.Wikipedia.

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