EN EL CORAZÓN DEL MAR (III)
"La historia real que el escritor de Moby-Dick
Herman Melville no se atrevió a contar"
(En la isla...)
Y es que cuando llevaban ya dos días en la isla, si bien no habían tenido mayor problema para hacerse con peces y aves como alimento, aún no habían encontrado una fuente adecuada de agua potable, teniendo que limitarse hasta ese momento a apenas lamer el agua que se escurría en la superficie de algunas rocas, lo que les hizo a Pollard y Chase después de discutir el problema, tomar la decisión de que al siguiente día concentrarían todos sus esfuerzos en encontrar agua, y de no hacerlo, abandonar entonces la isla con el nuevo amanecer. De hecho, en una cueva de la isla ya por entonces se encontraban los restos de ocho personas que al igual que ellos se estimó hubieran sobrevivido a un naufragio, y que en un estudio científico posterior muchos años después se pudo observar que habían fallecido por deshidratación. La isla de Henderson no es sino un atolón coralino de origen volcánico, pero tiene la peculiaridad de que buena parte de la mucha agua de lluvia que cae en su superficie a lo largo del año, no se pierde en el mar o se evapora, ya que después de filtrarse sobre la arena y el coral queda oculta a la vista acumulada en una capa subterránea a unos treinta centímetros sobre el nivel del mar, pero de no encontrar un manantial por donde brotara a la superficie, los náufragos del Essex que desconocían este fundamental detalle, no tenían posibilidad alguna de hacer uso de ella.
Afortunadamente para ellos, al día siguiente, en un momento en que la línea de la marea se encontraba en su punto más decreciente debido a la baja mar, uno de los hombres observó que de una gran roca plana que en ese momento se hallaba al descubierto, brotaba un estupendo chorro de agua limpia y cristalina, apresurándose todos a beber ansiosamente hasta que por fin pudieron saciar su gran sed después de ya tantos días de escasez. El manantial de aquella roca sólo era apenas visible completamente al descubierto durante media hora durante la baja mar, quedando luego cubierto por casi dos metros de agua, pero eso bastaba para en ese tiempo poder llenar varios barriles y así garantizarles el no tener ya más escasez de tan preciado elemento, centrando desde entonces sus esfuerzos en conseguir alimentos, sobre todo de las aves que ajenas por completo hasta entonces al contacto humano para nada desconfiaban y las podían cazar sin dificultad.
Comenzaron entonces a acondicionar en la medida de lo posible los botes con los escasos clavos que les quedaban para que pudieran resistir otra vez las acometidas del océano, y a aprovisionarse cuanto pudieron para la nueva partida. Y posteriormente reunidos, en una charla, cuando Pollard les comunicó que a primera hora del siguiente día zarparían llevando las balleneras los mismos hombres que antes de la llegada a la isla, tres de estos hombres que no eran de Nantucket, dando un paso al frente manifestaron su intención de no abandonar la isla y de no formar parte de la partida. Estos eran Thomas Chappel, arponero de la ballenera de Joy, y Seth Weeks y Willian Wright, dos adolescentes que iban el primero de ellos con Pollard y, el segundo con Chase, manifestando los tres auténtico terror de volver a encontrarse en los botes a merced del océano. Nadie puso objeción alguna a sus deseos, ya que eso significaba aligerar las embarcaciones y contar con su parte de las provisiones para el viaje, además de incluso reconocer el propio Chase que sólo para ellos tres sería probablemente más fácil encontrar sustento en la isla que el que ellos llegaran al continente en sus precarias embarcaciones. A su vez Pollard les prometió que de llegar al continente haría todo lo posible por procurar su rescate. Los tres, escogieron entonces un lugar lejano del anterior campamento, para comenzar a construir un refugio con ramas de árboles. Y en la mañana del 27 de diciembre, cuando la marea había subido lo suficiente para que las balleneras superaran los arrecifes que rodeaban la isla, el resto de los hombres finalmente partieron de aquella isla que tanto les había decepcionado.
Como podemos ver del paso por la isla Henderson de los marinos del Essex se pueden extraer algunas conclusiones relacionadas con el modo en que afrontaron su estancia en la misma, quizá la más importante que ante el hambre y el estado de necesidad que ya padecían a su llegada no tuvieron reparo alguno en administrar convenientemente los recursos de la misma, y al no poner freno alguno a su voracidad "consideraron la isla agotada" en menos de una semana. Si bien la isla de Henderson no es un lugar abundante en cuanto a recursos (la ya mencionada isla Pitcairn es la única que a día de hoy está habitada en el archipiélago y que habitualmente lo ha estado), una vez solucionado el más apremiante problema del agua potable, otro modo más eficiente de gestionar los recursos disponibles era posible, recurriendo más a la pesca y no abusando del saqueo de las aves, como hicieron en su momento durante incluso años pobladores nativos de la Polinesia que tuvieron asentamientos en ella, hay evidencia arqueológica que muestra que entre los siglos XII y XV tuvo una pequeña población permanente de probablemente unas cuantas docenas de personas. Es curioso, pero pese a vivir de la mar, dado su oficio especializado en la caza del cachalote, estos hombres tenían más mentalidad de cazadores, que de pescadores. Y lo que pronto una vez más descubrirían los diecisiete que habían partido, es que los escasos días que habían pasado en la isla no habían sido suficientes para que sus cuerpos aún se recuperasen para aventurarse en un nuevo viaje, y el hambre mucho antes de lo previsto haría de nuevo su aparición, pero esta vez con consecuencias devastadoras.
Continuará...
Saludos.
A LA PRIMERA PARTE: EN EL CORAZÓN DEL MAR (I), "La historia real que el escritor de Moby-Dick Herman Melville no se atrevió a contar"
A LA SEGUNDA PARTE: EN EL CORAZÓN DEL MAR (II), "La historia real que el escritor de Moby-Dick Herman Melville no se atrevió a contar" (y un liderazgo mal entendido)
- HMS Bounty: El motín a bordo del navío HMS Bounty de la Marina Real Británica tuvo lugar el 28 de abril de 1789 en medio del océano Pacífico. Tripulantes insatisfechos, liderados por el ayudante de maestre Fletcher Christian, tomaron el control de la embarcación de manos de su capitán, el teniente William Bligh, a quien dejaron a la deriva a bordo de un bote con pocas provisiones junto con otros dieciocho marineros leales. Los amotinados se establecieron en Tahití o en las islas Pitcairn, mientras que Bligh conseguía realizar un viaje de más de 6500 km hasta encontrar tierra, comenzando entonces un proceso para que los amotinados comparecieran ante la justicia.
Bibliografía:
En el corazón del mar - Nathaniel Philbrick (Seix Barral Colección: Biblioteca Formentor)
Wikipedia
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