domingo, 27 de enero de 2019

15:17 TREN A PARÍS

La gran diferencia entre luchar por tu vida, o dejar que te maten como a un borrego...


 "15:17 Tren a París", es otra de esas películas en base a hechos reales que tanto gustan al veterano director americano Clint Eastwood, y donde sus protagonistas se ven inmersos "en comprometidas situaciones de supervivencia" (si es que alguna verdadera situación de supervivencia, no es siempre comprometida... 😏). 


"En la tarde del 21 de agosto de 2015, tres jóvenes americanos que viajaban por Europa se enfrentaron a un terrorista en un tren con destino a París, con 500 pasajeros a bordo. La película narra el curso de las vidas de estos amigos, desde los avatares de su niñez para encontrar su destino, hasta la serie de eventos que precedieron al ataque. A lo largo de esta desgarradora experiencia, su amistad nunca flaqueó, convirtiéndola en su mejor arma". (FILMAFFINITY)

El tren Thalys que realiza el servicio Amsterdam - Paris, como el que sufrió el ataque,
 y que veremos en el film...


 En ese sentido tenemos por su parte, entre otros anteriores y recientes ejemplos de buen cine, "American Sniper", o la también comentada en este blog "Sully". Sin embargo al contrario que las anteriormente citadas y desde el punto de vista exclusivamente cinéfilo, la que en esta reseña nos ocupa no pasará a la historia entre las más brillantes, y simplemente quedará como "una de tantas". Pero por si hay por aquí "algún despistado" que aún no lo ha notado, este blog no va de cine, y si es el caso de que sólo le interesa el cine por su faceta artística, quizá está en el sitio equivocado, aquí el cine no deja de se un pretexto para abordar temas que guardan relación directa con la supervivencia, y en ese sentido que es el que nos incumbe "15:17 Tren a París", no es como bien veremos "una de tantas", sino todo lo contrario, una película que nos cuenta por lo poco frecuente del modo en que ocurrieron los hechos, una historia ejemplar de supervivencia de la que se pueden extraer ciertas conclusiones...


Los tres principales protagonistas al principio de nuestra historia, Alek Skarlatos, Anthony Sadler y Spencer Stone , pero no sólo fueron ellos...


 La cinta se ocupa principalmente de contarnos lo sucedido previamente y por entonces a Alek Skarlatos (reservista de la Guardia Nacional estadounidense), Anthony Sadler (estudiante en la Universidad Estatal de Sacramento) y Spencer Stone (militar de la Fuerza Aérea), los tres estadounidenses que se encontraban el día de los hechos a bordo del tren Thalys n° 9364 que realizaba el servicio Amsterdam - Paris. Si bien es cierto que junto con ellos tuvieron mucho que ver en la feliz resolución del ataque terrorista algunas personas más, en concreto Mark Moogalian (un profesor francés-americano de inglés de 53 años en la Sorbona), Christopher Norman (un consultor británico de TI de 62 años) y otro pasajero francés quien prefirió mantener su anonimato a raíz de los hechos (se dice que un empleado de banca de 28 años conocido solo como "Damien"), y quien fue el primero que reaccionó e intentó desarmar al asaltante cuando este salía armado del servicio del tren, aunque no consiguiéndolo y resultando herido en esta acción. 


Hora de subir...

 Si bien tiene la peculiaridad de que salvo este último, el resto de los protagonistas citados que vemos, e incluso muchos de los otros pasajeros que veremos como actores en el tren, son las personas que realmente estuvieron allí ese día interpretándose así mismos, es decir, a quienes hemos visto en las anteriores fotos no son actores profesionales, sino los auténticos Alek Skarlatos, Anthony Sadler y Spencer Stone, y que sobrevivieron al incidente. Por otra parte el terrorista atacante fue un hombre de 26 años y nacionalidad marroquí, identificado como Ayoub El Khazzani (o también El-Qazzani), conocido en tres países como islamista radical, entre ellos Francia, en donde estaba catalogado con una ficha S (o sea, "investigado por seguridad del Estado"). Según los medios de prensa, el sospechoso era conocido por frecuentar mezquitas radicales y también se sabe que viajó a Siria (aunque no se sabe bien con qué propósito).​ Al menos durante un tiempo se dedicó al tráfico ilícito de drogas, dado que por este delito fue detenido y condenado en  nuestro país (España). Y en marzo de 2014, estas informaciones fueron transmitidas a las autoridades francesas, en razón de la voluntad manifestada por este sujeto de dejar su domicilio de Algeciras (Andalucía, España) para establecerse en Francia, aunque una vez más como vemos y en función de lo sucedido, esto no sirvió de mucho y pudo haber realizado en vista de las armas y la munición que portaba una auténtica masacre en el tren.

Ya sólo con este fusil de asalto "de calibre gordo" y sus respectivos ocho cargadores usados a discreción en un tren lleno de civiles desarmados, "da para bastante..."

 Y es que el terrorista llevaba además del fusil Kalashnikov con ocho cargadores completos, una botella de gasolina, un martillo, un cúter y una pistola Luger 9 mm, en total al menos 300 cartuchos en un tren con 554 pasajeros, lo que deja bien claro como en tantas otras ocasiones similares, que las medidas para el control de las armas legales, distan mucho de ser la solución para el control de las armas ilegales y así evitar este tipo de sucesos. Así tenemos que las medidas para lo primero no suelen ser eficaces para lo segundo, y este tipo de atentados en gran número de ocasiones se realizan con las segundas, las ilegales, por la sencilla razón de que suelen ser más difícilmente localizables y de seguir su rastro por las fuerzas de seguridad (evidentemente, por algo se llaman "ilegales"). Aunque si, a nuestra sociedad se le hace creer por parte de legisladores y gobernantes que las "leoninas" medidas de control de armas legales que acostumbramos a tener en muchos países son la solución para evitar este tipo de incidentes, y nada más lejos de la realidad, el uso de armas legales en Europa (y en general en todos los países del mundo) en la comisión de delitos y atentados suelen ser una excepción. Pero que el tráfico de armas ilegales es realmente en la práctica el verdadero gran problema desde el punto de vista de nuestra seguridad no es algo que no se sepa en los canales policiales(1), en el 2017 INTERPOL en una nota de prensa con motivo de la operación TRIGGER II destinada principalmente a combatir este hecho, ya nos lo decía claramente:


“Sabemos que las armas ilegales están vinculadas a distintos tipos de delitos, entre ellos el terrorismo que ha castigado repetidas veces a Europa y otras regiones"(2)



Nuestro trío protagonista aún disfrutando de su compañía del viaje sin sospechar lo que les esperaba...

 ¿Y en la cruda realidad a dónde nos lleva esto en nuestras sociedades? Pues a que los únicos que salvo excepción están siempre controlados y desarmados en la práctica son los ciudadanos honestos, y que los que van armados son los delincuentes y los terroristas, lo cual a los primeros no parece que les sitúe en una posición nada ventajosa frente a estos, sino más bien al contrario, cuando como en el caso que nos ocupa del tren Thalys n° 9364 se han dado este tipo de incidentes (sobran los ejemplos como en el lamentable episodio posterior del teatro Bataclan en los atentados de París en noviembre de también 2015), o cuando se den en el futuro, y más si tenemos en cuenta que la tendencia en muchos casos es la de limitar aún más la tenencia de armas legalmente a los ciudadanos honestos (no olvidemos que para que alguien pueda tener armas legalmente entre otros requisitos se le exige "estar limpio", o sea, presentar un certificado de antecedentes penales para demostrar que así es), y al contrario, en vista de ello para quienes han delinquido el único camino que les suele quedar para acceder a ellas es el del mercado ilegal del tráfico de armas... ¿Parece lógico, no?

 De ahí que siempre ha existido y siempre existirá "el tentador y jugoso" tráfico ilegal de armas, me temo que es inevitable, por mucho que incluso prohibieran por completo a los honestos ciudadanos el acceso a ellas, sería de ilusos creer lo contrario y que ello llevaría a la desaparición de la delincuencia y de los atentados terroristas usando armas de fuego. De hecho ese país que es con mucho el que más armas legales del mundo permite en manos de sus ciudadanos y que es tan habitualmente citado "como mal ejemplo" en estas cuestiones de las armas por quienes no las han estudiado en profundidad, está muy por detrás de muchos otros países del mundo en el índice de homicidios, si, Estados Unidos, cuando de haber una relación directa entre el número de armas y criminalidad debería ser indiscutiblemente el primero en dicho ranking, pero como digo no lo es, y está muy lejos de los lugares de cabeza(3). En este sentido, por ejemplo México es un triste caso relacionado con lo expuesto, pese a tener una legislación de armas mucho más restrictiva para sus ciudadanos que EE.UU., cuadriplica a su vecino país en el número de homicidios y tiene un enorme problema con el tráfico de armas ilegal(4). Y de todos modos como se ve en el ranking de homicidios, sea con armas de fuego o a martillazos, al final "el que quiere matar, mata, y lo de menos es con que", el asunto es mucho más complejo de lo que indican las meras apariencias.

Ayoub El Khazzani en acción...

 Total, que cuando Ayoub El Khazzani salió del servicio del tren "arma de fuego en ristre", como es habitual la mayoría de los viajeros del vagón salieron corriendo en dirección contraria (aunque dentro de un tren no se sabe muy bien a donde querían ir...), salvo la honrosa excepción de los ya citados. Y entre ellos muy particularmente Anthony Sadler "le hecho un par", y se fue corriendo hacia el atacante, sumándose luego sus dos amigos, y consiguiendo así finalmente neutralizar al terrorista. El hecho sin duda tiene mucho mérito porque lo habitual "viéndose indefensos" sería entrar en pánico y salir corriendo o quedar paralizado, pero viendo la historia previa de sus vidas contada en la película, al menos para mi no supone tanta sorpresa como pudiera parecer, conociendo los antecedentes una cosa es que sea un hecho excepcional, y otra que sea "un hecho sorprendente", pudieron hacer lo que hicieron porque detrás, en ellos, ya había unas aptitudes, y sobre todo unas actitudes.

 Creo que en lo tocante "por más que los buscadores de acción y adrenalina" critiquen el film porque les sobra casi toda esa parte previa, Clint Eastwood ha hecho un estupendo trabajo, de lo contrario sería muy difícil poder comprender en detalle el porqué de sus comportamientos desde el punto de vista psicológico, y así resulta diáfano, pero ya se sabe, no siempre buscamos todos lo mismo en el cine... ¿Y entonces, cuál es la principal moraleja de esta historia? Pues que si, que al contrario de lo sucedido en la gran mayoría de ocasiones similares donde las personas se quedan esperando a que simplemente las maten, SE PUEDE, e incluso me atrevería a decir que se debe al menos intentar, porque puede ser "la gran diferencia entre luchar por tu vida, o dejar que te maten como a un borrego...".


Una última escena en el tren para finalizar que podemos ver en la película y que ocurrió en la realidad,
 Anthony Sadler no sólo evitó que mataran a esa persona, sino que también fue  decisivo con sus conocimientos en primeros auxilios, en ayudar a salvar su vida... 



"Aptitudes, y sobre todo actitudes". Aunque es un asunto que da para mucho, el de las armas, la defensa legítima, y algunas absurdas leyes que nos imponen "desde arriba" (aunque cierto es que cada vez más, en unos lugares más que en otros), y en otras entradas volveremos sobre ello... 

Saludos.


  1. https://www.interpol.int/es/Criminalidad/Tr%C3%A1fico-de-armas-de-fuego/Tr%C3%A1fico-de-armas-de-fuego
  2. https://www.interpol.int/es/Centro-de-prensa/Noticias/2017/N2017-050 
  3. https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_countries_by_intentional_homicide_rate#UNODC's_global_study
  4. https://www.animalpolitico.com/2018/10/homicidios-atentados-armas-fuego/

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