miércoles, 28 de febrero de 2018

 
EL BOWIE YUKON DE LINDER
Y SU FUNDA ARTESANAL
 "by" Yannick

"Además del rifle y de sus pistolas llevaba al cinto un cuchillo Bowie con una afilada hoja de veinticinco centímetros"
 ”El Trampero”  Vardis Fisher


 De los cuchillos que tengo, este Bowie Yukon de Linder está entre mis favoritos. Una herramienta de estilo clásico que trae enseguida el recuerdo de la Conquista del Oeste, de esos rudos hombres de frontera como el que nos cuenta precisamente Vardis Fischer en su memorable novela "El Trampero" de la que aquí por cierto también tenéis la reseña ”El Trampero” (título original Mountain Man). Y es que hasta sus medidas coinciden, 25 cm de hoja (24,9 para ser exactos). Por lo demás, buen acero 420 de Solingen, 4,8 mm. de espesor, 4,4 cm. de ancho de hoja, una longitud total de 38,4 cm. y unos sorprendentes 465 g. de peso.



   Mango de madera de granadillo, guarda de latón y un dibujo indio grabado en oro en el comienzo de la hoja en ambos lados, son otras de las características que le dan esa gran elegancia y ese estilo con sabor añejo.



 Es muy ligero pese a su tamaño, está perfectamente equilibrado, no es el típico "bowie masivo" que sirve para hacer brazo, se siente muy ligero y no por ello es un inconveniente a la hora de machetear, labor que desempeña con eficacia, pese a que su vaciado cóncavo no sea el más indicado para ello, gracias entre otras cosas a un afilado de verdadera calidad que también le confiere un notable corte.


 
La punta es "clip point" y muy larga, ya que el falso contrafilo va más allá de la mitad del lomo, pero sin la curvatura demasiado acusada de las clásicas, quedando bastante centrada similar a una "drop", un endemoniado pincho que clava sin ninguna dificultad y casi sin necesidad de fuerza...

Su aspecto más negativo, la funda original, viene con un cierre de velcro que hace un ruido tremendo y además tan mal diseñada que se engancha en él al extraerlo con una mano... Pero nada que no se pueda arreglar recurriendo a un buen artesano como lo es mi amigo Yannick que realizó un gran trabajo bajo la premisa sobre todo de la funcionalidad añadiéndole además una gran belleza clásica que no desentona con el estilo del cuchillo.



 Se trataba de hacer una funda de calidad, que no añadiera un peso excesivo y que permitiera el desenfunde a una mano sin ninguna dificultad y eso es lo que Yannick realizó eficazmente.

Aquí lo podemos ver con otro compañero que en breve os mostraré y que también ha sido muy bien vestido por el mismo artesano, ya que este no es que viniera con mala funda, es que venía sin ella... La "extraña pareja..."



 En definitiva es una buena herramienta que tiene su lugar bien definido en el aspecto de la supervivencia y que en su momento explicaré a fondo en un trabajo, evidentemente no es el cuchillo ideal para supervivencia deportiva ni buscraft, y menos con la penosa legislación que tenemos en este aspecto en nuestro país... Y eso es todo, espero que os haya gustado la reseña y el reportaje fotográfico.

Saludos.

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