lunes, 11 de marzo de 2019

BAJO CERO: MILAGRO EN LA MONTAÑA

"Cualquier persona puede influir en su propia supervivencia. El problema estriba en que el individuo no cree que una cosa así, catastrófica, pueda pasarle a él".- Amanda Ripley(1)

"Este no es lugar para un humano, estaba caminando
    entre las sombras del valle de la muerte".-Eric Lemarque



 El snowboard o snowboarding en general está considerado un deporte extremo de invierno, y esto es así porque son muchos los peligros que acechan en cuestiones relacionadas con la supervivencia a sus practicantes. Aunque curiosamente aún a día de hoy este aspecto se sigue "ignorando u obviando" por un gran número de sus practicantes con demasiada facilidad y parecería que eso de subirse a una tabla e internarse en montañas nevadas como divertimento no suponga para ellos nada que requiera especial preocupación más allá del buen estado de la nieve para deslizarse sobre ella velozmente... Pero el detalle que en modo alguno se debe obviar es que cuando hablamos de modalidades tan en auge entre los aficionados como el "freeride" o fuera de pista (al igual que por supuesto el esquí de montaña), el snowboarding requiere de un enfoque y tratamiento nada convencional, sobre manera si es en la especialidad de "backcountry", es decir, aquella que se realiza en áreas no próximas a un centro de esquí, donde entre otras cosas como "el no dejarse los piños" contra un peñasco o un árbol "que se cruce en el camino" (sobran los ejemplos como podemos ver en el enlace), las posibilidades de ser sorprendidos por aludes o inclemencias del tiempo que nos puedan poner en situaciones muy comprometidas, aumentan considerablemente. Y como además veremos dada su localización ya en buena medida distante, con el agravante de poder encontrarnos sin la posibilidad de un pronto auxilio o rescate.


Si, los chicos del freeride se divierten bajando por sitios así como vemos hace nuestro protagonista...
 (fotograma de la película).

 La película hoy reseñada nos cuenta como 
Eric Lemarque, ex jugador de hockey olímpico de 34 años, cogió su tabla de snowboard allá por el 6 de febrero de 2004 y se fue solo a buscar diversión a la zona de esquí de Mammoth Mountain, una gran estación de esquí sita en el oeste de los Estados Unidos, en California, a lo largo del lado este de la cordillera de Sierra Nevada en el Bosque Nacional Inyo. Tiene una altitud máxima de 3,371 m. y un desnivel de 940 m., siendo un destino muy popular y frecuentado principalmente por esquiadores y practicantes de snowboard del sur de California dada su larga temporada de nieve. Y como había hecho ya otras tantas veces en ocasiones anteriores, fue realizando algunos descensos por las pistas convencionales sin mayor novedad, hasta ese momento clave entorno a las 15:30 que viendo que se aproximaba una previamente anunciada tormenta, decide antes de retirarse aprovechar y hacer un último descenso bajando una pista, la Dragon's Back, por la que nunca anteriormente había descendido. Ya se sabe, Eric Lemarque, hizo aquello de "pararse, tomar aire, pensar, actuar y... meter la pata" (momento que vemos en el film en la imagen a continuación), algo por otra parte dicho sea de paso, del todo frecuente, y sobre en lo que en su momento entraré a fondo para explicar el porqué ese tipo de "soluciones universales" que como vemos por el anterior enlace se supone son la panacea en todo tipo de situación de supervivencia, son una recomendación muy errónea a la hora de tomar decisiones que afectan a la supervivencia cuando se aplican fueran de situaciones concretas y de un determinado contexto, porque depende, siempre depende...

Tomando decisiones excepcionales, "de modo rutinario".
 Pista además de tipo restringido puesto que estaba destinada dada sus características sólo para el descenso por ella de aquellos usuarios más experimentados, y no sólo por su posible dificultad, era una pista en una zona aislada y alejada de la estación y sin remontes... Es decir, en un momento concreto en que como el propio Lemarque veía estaba entrando una gran tormenta, y sin más que "con lo puesto" (llevaba un muy escaso equipo de seguridad "para aventuras", apenas el mínimo necesario para la actividad, o sea, un teléfono, unos chicles, un reproductor MP3 con radio FM, "una caja de cerillas", esta por supuesto entre comillas por algo, y la tabla), decide descender "para retirarse" una pista extrema que no conocía carente de todo tipo de referencia o señalización en condiciones muy adversas con niebla y un gran temporal de nieve ya en curso, pese a que todos estos datos citados en ese momento los conocía, "y se lo pensó" (de modo equivocado, pero se lo pensó).


Área de esquí de Mammoth Mountain, he señalado con una flecha el punto desde donde parte la Dragon's Back.

 Siempre nos podemos preguntar que puede llevar a una persona a tomar decisiones de este tipo que a costumbran a traer resultados tan nefastos, "de modo tan superficial" (evidentemente para él no era así), digo yo vamos... ¿O lo dejaremos otra vez en que es una mera casualidad fruto de la mala suerte que le puede pasar a cualquiera y simplemente le tocó a él? Aproximadamente un mes antes se perdió también en la zona en otra salida esquiando en solitario Chris Foley, de 63 años (ya no era ningún chaval como vemos casi doblaba la edad de Lemarque), quien fue encontrado dos semanas después por un equipo S.A.R. (Búsqueda y Rescate) de la zona, y todo lo que quedaba de él eran sus esquís, los bastones, el forfait, algunas partes de su ropa y las botas de esquiar, con sus pies dentro... Evidentemente algo se había comido por completo al esquiador Chris Foley, aunque probablemente ya después de no haber sobrevivido previamente "a su desafortunada aventura".


Vale, hemos descendido "y lo hemos flipado", pero "no se ve un burro a dos pasos" ¿y ahora qué?

 Lo cierto es que perderse en las proximidades de las estaciones de esquí por quienes van a ellas a disfrutar de los deportes de invierno no es algo tan inusual como se podría creer. Precisamente es relativamente fácil confiarse porque se está en la proximidad de un lugar conocido y desorientarse, y más cuando además de estar todo cubierto de nieve las condiciones de visibilidad son reducidas si está nevando con fuerza, hay niebla o ventisca... ¡O incluso todo ello a la vez! Vamos, que no, que no son sólo cosas de película, aquí en el enlace podemos ver un reciente caso en el entorno de la estación de esquí de Valdezcaray. El sheriff y el equipo S.A.R. del condado de Mono (donde está la estación de Mammoth Mountain), llaman la atención frecuentemente sobre este aspecto a quienes van a la zona, incluso con artículos en la prensa donde además de dar recomendaciones en la forma de actuar, hacen hincapié sobre la importancia de llevar un equipo mínimo (que no minimalista, ojo al detalle que no es lo mismo) para poder hacer frente con ciertas garantías a cualquier imprevisto o adversidad, como a continuación vemos:


Cosas esenciales que salvan vidas, sin importar en qué época del año 
 Estos "Elementos esenciales" son artículos altamente recomendados que deben llevarse en cualquier salida de la civilización, incluso en los más cortos, dice Búsqueda y Rescate (SAR) del condado de Mono. Lleve un mapa y una brújula, agua, ropa extra, comida extra, linterna (con bombilla y baterías adicionales), fósforos o encendedor, cuchillo, botiquín de primeros auxilios, paleta de plástico y papel higiénico, silbato y un teléfono móvil con batería completamente cargada.

 Aquí hay algunas cosas que puede hacer para mejorar sus posibilidades de supervivencia si se pierde mientras esquía o hace snowboard:


  • Asegúrese de que alguien notifique que ha desaparecido si no se registra antes de cierta hora
  • Deje una nota en su automóvil que indique a dónde va y cuándo regresará.
  • Siempre tenga estas cosas en su chaqueta de esquí o pantalones:
  • Un encendedor para encender un fuego.
  • Un silbato para atraer a los rescatadores.
  • Un pequeño espejo para hacer señales a los aviones.
  • Algunas barritas energéticas para comer.
  • Un gorro de lana.
  • Pequeños artículos de primeros auxilios en una bolsa con cierre hermético.
  • Y una navaja de bolsillo
  • No olvide el agua si sabe que está dejando los límites de la estación de esquí y la civilización."

 Aunque lo ahí propuesto no deja de ser un kit de supervivencia muy elemental que puede marcar y mucho la diferencia "para no verse tan sólo con lo puesto" como le ocurre a tantos en estas situaciones, y le ocurrió al propio Lemarque  (ese artículo citado es del 2004, el año en que desaparecieron Chris Foley y Eric) hoy día lo podemos mejorar considerablemente, por ejemplo con un GPS, y hay un claro consenso entre especialistas en que se deberían llevar también al menos estos tres elementos:


Kit de rescate para avalanchas, compuesto por dispositivo DVA (Detector de Víctimas de Avalancha), sonda y pala.

  Y es que aunque se ha mejorado sustancialmente en los últimos tiempos en la disciplina que se ocupa de la predicción de aludes (Nivología), en la práctica sobre el terreno sigue siendo una disciplina muy compleja y no carente de errores por las numerosas variables técnicas y psicológicas a que está sometida, incluso para especialistas. La media en los Alpes suizos suele estar entre 23 y 28 muertes por aludes(2), aunque en la temporada 2015-2016 en el conjunto de los Alpes hubo 67(3), y la pasada temporada 2017-2018 tuvimos 11 muertes en los Pirineos.  Y varios de estos aludes no siempre se desencadenaron con una predicción de riesgo extremo, a veces esta era relativamente baja o casi nula, y entre los implicados y fallecidos como podemos ver por el anterior enlace, hubo tanto aficionados como guías profesionales.

LeMarque en 2004 a la salida del hospital después de ser rescatado e intervenido de sus lesiones ,
 y si, es lo que parece, sin buena parte de sus piernas.../ EFE

 Y no, no fue este el caso de nuestro protagonista en esta ocasión (el de verse involucrado en un alud), pero su caso no fue menos dramático. Eric Lemarque cuando quedó detenido sin poder finalizar su descenso por Dragon's Back al haber tenido que reducir su velocidad a causa de la casi total falta de visibilidad, y posteriormente caminar durante 45 minutos para volver al mismo sitio cuando creía estar haciéndolo en la dirección correcta, se sintió ridículo y estúpido (para una persona con su experiencia aquello como el mismo luego reconocería, le resultaba inconcebible), y tuvo que acabar aceptando que se encontraba desorientado en un entorno salvaje e implacable, donde tendría que soportar unas temperaturas extremadamente bajas que en algunos momentos serían de varios grados bajo cero, y se dispuso a pasar la noche intentando hacer un fuego con las cerillas que llevaba en su caja de cartón, para descubrir horrorizado otro grave error que había cometido (estaban mojadas, aunque las llevaba envueltas en un plástico no las había aislado adecuadamente), y por tanto no podía conseguirlo...


Pues no, no le iba a ser posible hacer fuego...
 Frustrado ante este nuevo revés, empapado, congelado, sin batería en el móvil (nunca pudo llamar mientras aún tuvo batería porque en aquella zona no había cobertura), y ya consciente de que podía estar en un grave aprieto, "se paró, respiró, pensó y actuó" (o lo que viene a ser lo mismo S.T.O.P. Stop, Think, Observe, Plan), y metió la pata de nuevo (alguno a estas alturas del relato lo mismo hasta ya se ha dado cuenta sin necesidad de explicarlo que esas maneras de proceder no son garantía de nada, son herramientas de pensamiento ciertamente útiles, pero muy sobrevaloradas). Y es que tomó la decisión de ponerse en marcha de nuevo, para él no era una opción quedarse allí sin más esperando a ser rescatado, era incapaz de permanecer allí y de contemplar dicha posibilidad, lo que como ya he abordado en este otro trabajo es algo del todo frecuente en estas situaciones CUANDO LA LINEA RECTA "NO ES EL CAMINO MÁS CORTO, y como igualmente ahí comento, a consecuencia de ello estuvo igualmente a punto de despeñarse con su nuevo plan. En realidad lo único que estaba consiguiendo era alejarse más y más de seguir una ruta correcta para volver a la estación de esquí.


Este hombre "parece que anda un poco perdido".

 Con todo ello y reconociendo los
 numerosos y graves errores previamente cometidos (el factor fundamental que nunca se debe perder de vista en estas cuestiones de la supervivencia para no verse en situaciones insalvables) lo cierto es que su odisea de supervivencia no está exenta de mérito, porque dadas las circunstancias lo tenía todo en contra, "y lo contó". Y fue así porque hubo algunos buenos detalles por su parte que le permitieron resistir, aunque ya al límite de sus fuerzas, lo suficiente hasta ser finalmente rescatado, empezando porque su forma física al haber sido atleta olímpico era bastante superior a la media, y continuando porque tenía algunos conocimientos sobre supervivencia, que aunque escasos, resultaron decisivos, en lo tocante al poder alimentarse algo con piñones y cortezas, aguantar en buena medida sin beber nieve (en su caso hubiera aumentado su nivel de hipotermia lo que le hubiera llevado a colapsar mucho primero), y particularmente el usarla como refugio (en las circunstancias en que se encontraba es mejor recurrir a un refugio de nieve que a un refugio de madera, supone un mayor ahorro de energía y aísla mucho mejor térmicamente), así como desnudarse cuando salió del agua totalmente empapado y hacer ejercicio.


A ver, que si, que en determinadas circunstancias puede ser hasta recomendable andar por las montañas nevadas "con el culo al aire", pero mejor no tomarlo como costumbre...

 D
esde el punto de vista cinematográfico el filme es correcto sin más (para mi si acaso es notable la actuación de Mira Sorvino como la madre de Eric), pero en definitiva en lo que nos interesa es una historia muy recomendable por instructiva (los cambios que se han hecho "por exigencia del guión" no afectan en esencia a lo ocurrido) ya que al ser en base a un hecho real tiene muchos y buenos detalles relacionados con la supervivencia y la toma de decisiones que podemos apreciar, y entre ellos particularmente en este último aspecto como he destacado intencionadamente, el que aún tratándose de un deportista de alto nivel con amplia experiencia en trabajar bajo gran presión y estrés, y que por tanto Eric Lemarque no era una persona que entrara en pánico ni se viniera abajo con facilidad, tampoco por ello tomaba de modo natural las mejores decisiones, aún haciendo aquello de S.T.O.P. y "pararse a pensarlo" (al igual que expliqué ocurre con la LA REGLA DEL TRES EN LA SUPERVIVENCIA, habitualmente esta regla se mal interpreta y no se enseña adecuadamente), y es que incluso ser deportista de alto nivel no necesariamente garantiza que por ello se tomen las mejores decisiones desde el punto de vista de la supervivencia si no se ha trabajado este aspecto de modo específico, y muy al contrario en demasiadas ocasiones lleva a un exceso de confianza que puede resultar fatal, aunque nos paremos a pensarlo...


"Salvado por la campana"

Saludos.



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