No, no vamos a hablar de física teórica, vamos a ver uno de esos temas que en lo tocante a desplazamientos en la naturaleza han generado y generan más problemas de seguridad y accidentes, sobre todo en quienes aún no cuentan con la suficiente experiencia y/o conocimiento de estos asuntos de la supervivencia. Como tantas otras veces, "lo obvio" cuando hablamos de situaciones de supervivencia, puede no ser siempre lo más acertado y en actividades tan simples en apariencia como son por ejemplo los desplazamientos en montaña (aunque lo aquí dicho es aplicable a otros supuestos), muchos accidentes se originan cuando los implicados en la marcha en zonas de las que no se tiene el suficiente conocimiento geográfico o incluso desconocen por completo, para llegar de un punto a otro deciden que sin duda lo mejor es seguir la linea recta, vamos, aquello de tirar todo derecho "pa lante" para ir de A a B. Y es que en lo que nos ocupa y por motivos evidentes, en la naturaleza no suelen abundar este tipo de señales...
Accidente por caída en práctica deportiva de senderismo |
Lo cierto es que en situaciones de extravío en la naturaleza ni siquiera es necesario que haya lesiones para que se ponga en marcha todo un complejo "sistema de escape" que será en la práctica poco menos que imparable si además se entra en pánico. Una vez que la persona es consciente que está perdida "en un entorno hostil" donde no conoce la salida y a medida que vayan pasando los minutos, la ansiedad y el estrés comenzará a hacer aparición para ir aumentando de intensidad irremediablemente mientras no pongamos solución a nuestra situación, salvo en personas suficientemente preparadas en este aspecto psicológico, pero que suelen ser una gran excepción, y a los hechos suficientemente documentados me remito.
Los decisivos cambios fisiológicos que operarán en nosotros motivados principalmente por como digo los aspectos psicológicos, harán que "la inundación química" a la que estaremos siendo expuestos en nuestro organismo en esas situaciones (El miedo, el pánico y como tratar de afrontarlo. PARTE II : Respuestas fisiológicas), nos impulse "como un resorte" a avanzar sobre nuestras piernas como sino dependiera de nosotros, haciendo poco menos que imposible el estarnos quietos en esas circunstancias. Las más de las veces se iniciará entonces una alocada marcha tratando desesperadamente de encontrar una salida.
Cuando no se tiene la preparación adecuada y no hemos sido previsores, perderse resulta ser más habitual de lo deseable, y eso incluso sin que "nos sorprenda" la niebla... |
Y es bajo la influencia de esta aspecto emocional cuando no se piensa habitualmente de forma clara que es sumamente fácil tomar decisiones muy poco afortunadas sin que seamos conscientes de ello, ya no seremos dueños al completo de nuestros actos. Asustados, desorientados, e incluso heridos, trataremos de acortar en todo lo posible esa incómoda y frustrante situación y buscaremos salir rápidamente de ella, y ahí surge el citado problema que principalmente abordamos en este trabajo, si llegado el momento percibimos a lo lejos visualmente (puede ser también por otro medio como un mapa o un GPS) la posibilidad de acortar nuestra trayectoria, vemos un río, un camino, una construcción, una casa, una luz si ya es de noche, será muy difícil resistir el impulso de dirigirnos derechos y en linea recta hacia allí, lo que en la montaña (como saben quienes tienen experiencia en estas cuestión) habitualmente resulta ser un error que puede traer fatales consecuencias.
¿Pero que mejor para explicarlo que poder documentarlo con un caso real y extremo donde entre otras cosas podemos ver estos factores en juego? En el verano de 2010 dos amigos, Dave Akers y Gary D. Nall, salieron como tantas veces a disfrutar de un vuelo de placer en avioneta contemplando los paisajes de Alaska. En esta ocasión se dirigieron al valle del río Knik para contemplar el glaciar del mismo nombre situado en su cabecera y ...
Es curioso observar como de toda la situación de supervivencia surgida después del accidente, uno de sus protagonistas ( Gary Nall ), relata "que coger el atajo" que a punto hizo de que perdieran la vida despeñados, fue el peor error que habían tenido en el viaje, y tuvieron unos cuantos... Espero que gracias a la explicación previa se haya podido entender mejor el porqué llegaron a esa situación concreta que a priori puede parecer del todo absurda, sobre todo para aquellos que se están iniciando en actividades en el medio natural de forma autodidacta y que son quienes más me preocupan. Siempre procuraremos buscar rutas de tránsito con las suficientes garantías, donde no halla grandes desniveles, firmes inestables, cauces de agua con fuertes corrientes o demasiada altura, de lo contrario lo que habitualmente ocurrirá aún sino sufrimos un accidente por caída, será tener que desandar el camino andado, meternos en una encerrona sin paso por peñas o vegetación, o aún consiguiendo pasar tardando incluso mucho más de lo esperado y quedando mucho más agotados aún que si hubiéramos seguido por lo más sencillo "menos recto".
Otra enseñanza típica de quienes sufren este tipo de imprevistos es como reaccionan aumentando el cuidado que ponen en su preparación y como por ejemplo el piloto Dave Akers mejoró de forma considerable su equipo de supervivencia para emergencias, en este artículo podéis ver el listado. Está claro que el bueno de Dave, si otra vez tocaba, no tenía ganas de repetir la experiencia de nuevo en las mismas condiciones.
Y hasta aquí el artículo original tal cual se publicó en su momento en Septiembre del pasado año, pero ahora vamos como decía con otro reciente e ilustrativo incidente sobre este tema que además a ocurrido en nuestro país hace sólo unos días (28 de febrero), concrétamente en la isla de La Gomera, donde dos senderistas tuvieron que ser rescatadas cuando ambas se encontraban atrapadas en una ladera en una situación de grave riesgo de caída en un desfiladero. Veamos los detalles (los subrayados y resaltados son míos).
"Al parecer las senderistas, ambas estudiantes de nacionalidad española y residentes en Tenerife, se extraviaron sobre las 17:00 horas del lunes y dieron aviso al 112, indicando que estaban en dicha zona, fuera del camino porque intentaban atajar antes de que se hiciera de noche, solicitando ayuda. Ya de madrugada, al intentar salir de la zona guiándose por el GPS del teléfono y creyendo que el acceso a la carretera era nivelado, cayeron en la trampa del descenso vertical, quedando a un paso de caer por el precipicio, algo que impidió inicialmente un árbol al que quedaron agarradas y culminó con el rescate de ambas, pudiendo ser salvadas de un accidente mucho más grave"(1)
Se puede ver como en última instancia una causa emocional, el temor a que se hiciera de noche, origina la errónea decisión de querer atajar y buscar el camino más corto guiándose en este caso por el GPS del teléfono. Lo resaltable en esta ocasión es que al igual que en el caso de Dave Akers y Gary D. Nall, conocemos los detalles fundamentales, porque lo triste es que en otros muchos casos nunca los conoceremos porque los protagonistas no han sobrevivido para contarlo. Aquí podemos claramente ver lo anteriormente explicado cuando originalmente publiqué este trabajo, creo que era importante no dejar de aprovechar este ilustrador ejemplo para el tema tratado, y como la supervivencia en un gran número de ocasiones está "en esas pequeñas cosas" que hay dentro de nosotros en nuestras cabezas y en las que llevo tanto tiempo trabajando y haciendo insistencia, y como la psicología siempre está presente de manera decisiva en la supervivencia, aunque ampliamente oculta todavía a los ojos de la mayoría:
Y es bajo la influencia de esta aspecto emocional cuando no se piensa habitualmente de forma clara que es sumamente fácil tomar decisiones muy poco afortunadas sin que seamos conscientes de ello, ya no seremos dueños al completo de nuestros actos. Asustados, desorientados, e incluso heridos, trataremos de acortar en todo lo posible esa incómoda y frustrante situación y buscaremos salir rápidamente de ella, y ahí surge el citado problema que principalmente abordamos en este trabajo, si llegado el momento percibimos a lo lejos visualmente (puede ser también por otro medio como un mapa o un GPS) la posibilidad de acortar nuestra trayectoria, vemos un río, un camino, una construcción, una casa, una luz si ya es de noche, será muy difícil resistir el impulso de dirigirnos derechos y en linea recta hacia allí, lo que en la montaña (como saben quienes tienen experiencia en estas cuestión) habitualmente resulta ser un error que puede traer fatales consecuencias.
Saludos.
1.http://www.gomeranoticias.com/2017/03/01/las-senderistas-rescatadas-la-gomera-se-encontraban-agarradas-las-ramas-arbol-evitar-caer-desfiladero/
Totalmente de acuerdo Ramiro, pero esto, se ha ido de las manos y yo creo, que todavía, estamos a tiempo de poder enseñarles esos valores que en los clubes deportivos de montaña, les faltan, pues estuve en uno 12 años como guía,y siempre había disputas y malos royos, así que desistí por dejarlos, y ahora llevo muchos años solo haciendo la guerra por mi cuenta, y si algún amigo quiere venir conmigo, pues mejor, pero siempre sujeto a mis condiciones. Un saludo
ResponderEliminarAntonio Muñoz: Los clubes de "montaña" ya no son deportivos, salvo contadas excepciones. Son "chiringuitos" que venden actividades bajo la tapadera de aparentar ser un club deportivo. El hecho de que sus miembros saquen, por obligación de la entidad, una licencia federativa ( para tener un seguro de accidentes), no convierte a sus integrantes en "deportistas". Esos Valores de los que hablas solo los tenemos quienes hemos vivido el Montañismo desde la juventud (donde con pocos medios, mucha ilusión, compañerismo y espíritu colaborativo se lograba salir adelante en las salidas al monte). A mi me pasa lo mismo. Salgo con mi pareja (montañera como yo) y contados amigos a los que les gusta ir a la montaña. Sin condiciones. Solo cabeza y " saber a lo que se va". Unas veces se hará lo previsto y otras habrá que renunciar y adaptarse a hacer lo posible. Saludos
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