DEL MIEDO, EL ESTUDIO DE LA SUPERVIVENCIA
Y OTRAS CUESTIONES... “QUE DAN MIEDO...”
(Publicado originalmente 14 de marzo de 2014)
“El sabio cuida muy bien de las palabras en cuanto expresan propiedades de las cosas, no en sí mismas consideradas” Tomás de Aquino"
No deja de causarme cierto estupor, que en las discusiones que pueden surgir en los foros de supervivencia sobre los más variopintos temas, se acostumbre a dar validez absoluta a lo que no son en la mayoría de las ocasiones sino meras opiniones personales que no tienen detrás ningún fundamento sustentado por estudios y/o análisis serios que provengan de una base contrastada y rigurosa en conocimientos y ciencias reputadas y autorizadas. Si bien este planteamiento puede resultar “exagerado” a ojos de muchos cuando abordamos temas como el de construcción de refugios, manejo de herramientas y otros similares, nadie lo considera así a la hora de en situaciones de supervivencia abordar por ejemplo la preparación de agua para su consumo o el conocimiento de las propiedades que tienen ciertas plantas, y es que simplemente ignorar estas cuestiones bien conocidas por estudios científicos y experiencias contrastadas sabemos que pueden tener un desenlace fatal.
La pregunta es entonces ¿Acaso no debería hacerse esto mismo en el estudio de las cuestiones que atañen al comportamiento humano y el estudio de la mente si hay detrás ya unas ciencias como son la psicología, la medicina y las modernas neurociencias que tienen la suficiente base como para respaldar en la mayoría de los casos lo que se pueda tratar de analizar en cuestiones como la que nos atañe de la supervivencia, o por el contrario cualquiera puede llegar y en base a su criterio personal decir lo que le plazca y quedarse tan ancho porque “como es su vivencia” el ya tiene “su opinión“ y a ver quien es “el guapo” que se atreve a llevarle la contraria? La pregunta correctamente planteada como es el caso creo que se contesta por si sola y evidentemente la respuesta es “que si”.
Sin embargo en la práctica en una gran mayoría de esas discusiones a las que hago referencia en los foros nos encontramos con que la respuesta es “que no”, que la realidad es como dice menganito o fulanito porque lo dicen ellos aunque no nos den la más mínima base de estudio para sustentar lo que dicen con carácter de dogma. Ciertamente la cosa es de traca, pero como digo así se repite constantemente y personas que no tiene un mínimo de preparación en determinadas cuestiones no dudan en “sentar cátedra” en una clara muestra de irresponsabilidad porque no olvidemos que estamos abordando el estudio de en muchas ocasiones temas relacionados con que las personas “vivan o mueran” como son los de “Supervivencia”.
Esto viene a colación de que a consecuencia de las muertes de cinco montañeros en un mismo fin de semana, un veterano montañero que lleva toda una vida en la montaña y cuya dilatada trayectoria le convierte en una de las voces más autorizadas para valorar el auge de las actividades deportivas relacionadas con la montaña y sus consecuencias, dijo en una entrevista con motivo de dichas muertes esta acertada frase que se debe tomar literalmente y que algunos no han entendido “EN LA MONTAÑA HAY QUE TENER MIEDO, NO TERROR. EL MIEDO ES IMPORTANTE PARA SOBREVIVIR” y que además se han atrevido a cuestionar sin conocimiento de causa, y es que el estudio del miedo y todo lo que ello conlleva es un asunto mucho más complejo de lo que en un principio podría parecer y que además para mayor complicación arrastra un montón de tópicos y prejuicios que instalados en el acervo popular a lo largo de los años no hacen sino confundir aún más sobre el asunto a quienes tratan de abordar cuestiones relacionadas con él en el tema en concreto de la “Supervivencia” que es el que nos ocupa.
Ocurre que el miedo “no está bien visto”, decir que se tiene miedo no queda bien a la hora de relacionarse con los demás, socialmente no está aceptado y se recurren las más de las veces a rodeos inverosímiles o aceptados eufemismos para evitar la “palabra maldita”, y es que se tiene la creencia errónea de que tener miedo es algo negativo y por lo tanto algo que se debería evitar y sobre todo esconder a toda costa, nadie puede saber “que tenemos miedo”, y por supuesto si además “somos unos tipos duros, nosotros nunca tenemos miedo”, bueno si acaso algo de respeto...
Así que una vez echa esta aclaración, que aunque larga, visto lo visto está claro que era necesaria, voy a ocuparme de hacer una introducción sobre lo que es el miedo bajo las premisas de la psicología, la medicina y la neurociencia que ya llevan muchos, pero que muchas décadas estudiando al “bicho” y que, al menos en lo fundamental, lo tienen bastante “fichado”. Os dejo como avance una cita de la Wikipedia (por aquello de que está al alcance de todos ya que para el trabajo que voy a desarrollar recurriré principalmente a mis enciclopedias y libros sobre psicología), ya que entiendo que a mí, se me pueda cuestionar, pero a sesudos psicólogos, médicos y neurocientíficos que han dedicado mucho tiempo al tema no sé, pienso que no se debería cuando han llegado a un consenso sobre el tema (y además a veces por diversos caminos) y nos dicen que el miedo es algo sano y bueno desde el punto de vista de la supervivencia:
“El miedo es un esquema adaptativo, y constituye un mecanismo de supervivencia y de defensa, surgido para permitir al individuo responder ante situaciones adversas con rapidez y eficacia. En ese sentido, es normal y beneficioso para el individuo y para su especie.”
Y es que hay que saber diferenciar lo que es el miedo normal y beneficioso como “herramienta” de autoprotección que nos ayuda a evitar situaciones comprometidas para nuestra integridad y supervivencia de lo que es el miedo exacerbado que deviene en terror o pánico y conductas patológicas como lo son las fóbicas o neuróticas y que a todas luces si se deben suprimir y evitar.
Y una última observación puesto que este post no versa sólo sobre el miedo y versa además sobre el modo en que se debería afrontar de forma rigurosa el estudio de según que materias en el estudio de la supervivencia. ¿Alguien se ha preguntado qué lleva en numerosas ocasiones a muchos de los usuarios a enfrascarse en tremendas discusiones donde incluso se suele llegar al insulto, a la descalificación sin fundamento, y al no reconocer lo evidente como si fuera la vida en ello? ¿Que hay detrás de esa posturas numantinas que ya quisieran para si los auténticos ciudadanos de Numancia? Si, lo sé, mi afición por la psicología me lleva a ocuparme de determinados asuntos que no se quieren ver, a casi nadie le suele gustar dedicarse a estudiar “las miserias humanas”.
Si echamos un vistazo a la reconocida teoría de “la Pirámide de las necesidades de Maslow” veremos que los seres humanos tenemos necesidades de orden inferior que son las físicas y de seguridad y necesidades de orden superior, que son las sociales, de estima y de autorrealización. Cuando se soluciona las necesidades básicas de alimentación, vestido y abrigo, el hombre desea amigos, y se torna social y grupal buscando el reconocimiento social y el respeto de sus amigos, y así realizar su independencia y competencia, busca satisfacer necesidades de estatus y autoestima. En las necesidades sociales el hombre tiene la necesidad de relacionarse de agruparse formal o informalmente, de sentirse uno mismo requerido. Estas tienen relación con la necesidad de compañía del ser humano, con su aspecto afectivo y su participación social. Dentro de estas necesidades tenemos la de comunicarse con otras personas, la de establecer amistad con ellas, la de manifestar y recibir afecto, la de vivir en comunidad, la de pertenecer a un grupo y sentirse aceptado dentro de él, entre otras.
Para las necesidades de estima, también conocidas como las necesidades del ego o de la autoestima, existe la necesidad común de toda persona de sentirse apreciado, tener prestigio y destacar dentro de su grupo social, de igual manera se incluyen la autovaloración y el respeto a sí mismo. Es necesario recibir reconocimiento de los demás, de lo contrario se frustran los esfuerzos de esta índole de generar sentimientos de prestigio de confianza en uno mismo, proyectándose al medio en que interactúa.
Creo que iréis viendo por donde van los tiros que envío, detrás de esto está la enorme aceptación y uso de las redes sociales de hoy en día. Una reciente investigación de la Universidad de York de Toronto concluye que los usuarios que más usan Facebook son los más narcisistas. Sin entrar en los juicios de valores y análisis sociológicos de dicho estudio, podemos encontrar una evidencia: las redes sociales van de la mano de la vanidad. Las redes sociales y particularmente los foros, sirven para mucho, poder compartir y adquirir conocimientos con tanta facilidad es algo muy loable, pero hay que aceptar que la vanidad influye en el comportamiento. No dudamos en exhibir nuestras vidas, publicar nuestros perfiles o, simplemente, divertirnos en frente de todos, a través del ordenador o del teléfono móvil, porque lo que esperamos es recibir reconocimiento e interacción por parte de los demás. ¿Ésto es necesariamente negativo? No, por supuesto que no, como digo es algo necesario y consustancial al ser humano, pero siempre y cuando como en tantas otras cosas no caigamos en el exceso (al igual que veremos en el miedo) y busquemos alimentar ciegamente nuestro ego en modos y maneras que en no pocas ocasiones rozan el esperpento.
No deja de causarme cierto estupor, que en las discusiones que pueden surgir en los foros de supervivencia sobre los más variopintos temas, se acostumbre a dar validez absoluta a lo que no son en la mayoría de las ocasiones sino meras opiniones personales que no tienen detrás ningún fundamento sustentado por estudios y/o análisis serios que provengan de una base contrastada y rigurosa en conocimientos y ciencias reputadas y autorizadas. Si bien este planteamiento puede resultar “exagerado” a ojos de muchos cuando abordamos temas como el de construcción de refugios, manejo de herramientas y otros similares, nadie lo considera así a la hora de en situaciones de supervivencia abordar por ejemplo la preparación de agua para su consumo o el conocimiento de las propiedades que tienen ciertas plantas, y es que simplemente ignorar estas cuestiones bien conocidas por estudios científicos y experiencias contrastadas sabemos que pueden tener un desenlace fatal.
La pregunta es entonces ¿Acaso no debería hacerse esto mismo en el estudio de las cuestiones que atañen al comportamiento humano y el estudio de la mente si hay detrás ya unas ciencias como son la psicología, la medicina y las modernas neurociencias que tienen la suficiente base como para respaldar en la mayoría de los casos lo que se pueda tratar de analizar en cuestiones como la que nos atañe de la supervivencia, o por el contrario cualquiera puede llegar y en base a su criterio personal decir lo que le plazca y quedarse tan ancho porque “como es su vivencia” el ya tiene “su opinión“ y a ver quien es “el guapo” que se atreve a llevarle la contraria? La pregunta correctamente planteada como es el caso creo que se contesta por si sola y evidentemente la respuesta es “que si”.
La pregunta es entonces ¿Acaso no debería hacerse esto mismo en el estudio de las cuestiones que atañen al comportamiento humano y el estudio de la mente si hay detrás ya unas ciencias como son la psicología, la medicina y las modernas neurociencias que tienen la suficiente base como para respaldar en la mayoría de los casos lo que se pueda tratar de analizar en cuestiones como la que nos atañe de la supervivencia, o por el contrario cualquiera puede llegar y en base a su criterio personal decir lo que le plazca y quedarse tan ancho porque “como es su vivencia” el ya tiene “su opinión“ y a ver quien es “el guapo” que se atreve a llevarle la contraria? La pregunta correctamente planteada como es el caso creo que se contesta por si sola y evidentemente la respuesta es “que si”.
Sin embargo en la práctica en una gran mayoría de esas discusiones a las que hago referencia en los foros nos encontramos con que la respuesta es “que no”, que la realidad es como dice menganito o fulanito porque lo dicen ellos aunque no nos den la más mínima base de estudio para sustentar lo que dicen con carácter de dogma. Ciertamente la cosa es de traca, pero como digo así se repite constantemente y personas que no tiene un mínimo de preparación en determinadas cuestiones no dudan en “sentar cátedra” en una clara muestra de irresponsabilidad porque no olvidemos que estamos abordando el estudio de en muchas ocasiones temas relacionados con que las personas “vivan o mueran” como son los de “Supervivencia”.
Esto viene a colación de que a consecuencia de las muertes de cinco montañeros en un mismo fin de semana, un veterano montañero que lleva toda una vida en la montaña y cuya dilatada trayectoria le convierte en una de las voces más autorizadas para valorar el auge de las actividades deportivas relacionadas con la montaña y sus consecuencias, dijo en una entrevista con motivo de dichas muertes esta acertada frase que se debe tomar literalmente y que algunos no han entendido “EN LA MONTAÑA HAY QUE TENER MIEDO, NO TERROR. EL MIEDO ES IMPORTANTE PARA SOBREVIVIR” y que además se han atrevido a cuestionar sin conocimiento de causa, y es que el estudio del miedo y todo lo que ello conlleva es un asunto mucho más complejo de lo que en un principio podría parecer y que además para mayor complicación arrastra un montón de tópicos y prejuicios que instalados en el acervo popular a lo largo de los años no hacen sino confundir aún más sobre el asunto a quienes tratan de abordar cuestiones relacionadas con él en el tema en concreto de la “Supervivencia” que es el que nos ocupa.
Ocurre que el miedo “no está bien visto”, decir que se tiene miedo no queda bien a la hora de relacionarse con los demás, socialmente no está aceptado y se recurren las más de las veces a rodeos inverosímiles o aceptados eufemismos para evitar la “palabra maldita”, y es que se tiene la creencia errónea de que tener miedo es algo negativo y por lo tanto algo que se debería evitar y sobre todo esconder a toda costa, nadie puede saber “que tenemos miedo”, y por supuesto si además “somos unos tipos duros, nosotros nunca tenemos miedo”, bueno si acaso algo de respeto...
Así que una vez echa esta aclaración, que aunque larga, visto lo visto está claro que era necesaria, voy a ocuparme de hacer una introducción sobre lo que es el miedo bajo las premisas de la psicología, la medicina y la neurociencia que ya llevan muchos, pero que muchas décadas estudiando al “bicho” y que, al menos en lo fundamental, lo tienen bastante “fichado”. Os dejo como avance una cita de la Wikipedia (por aquello de que está al alcance de todos ya que para el trabajo que voy a desarrollar recurriré principalmente a mis enciclopedias y libros sobre psicología), ya que entiendo que a mí, se me pueda cuestionar, pero a sesudos psicólogos, médicos y neurocientíficos que han dedicado mucho tiempo al tema no sé, pienso que no se debería cuando han llegado a un consenso sobre el tema (y además a veces por diversos caminos) y nos dicen que el miedo es algo sano y bueno desde el punto de vista de la supervivencia:
“El miedo es un esquema adaptativo, y constituye un mecanismo de supervivencia y de defensa, surgido para permitir al individuo responder ante situaciones adversas con rapidez y eficacia. En ese sentido, es normal y beneficioso para el individuo y para su especie.”
Y es que hay que saber diferenciar lo que es el miedo normal y beneficioso como “herramienta” de autoprotección que nos ayuda a evitar situaciones comprometidas para nuestra integridad y supervivencia de lo que es el miedo exacerbado que deviene en terror o pánico y conductas patológicas como lo son las fóbicas o neuróticas y que a todas luces si se deben suprimir y evitar.
Y una última observación puesto que este post no versa sólo sobre el miedo y versa además sobre el modo en que se debería afrontar de forma rigurosa el estudio de según que materias en el estudio de la supervivencia. ¿Alguien se ha preguntado qué lleva en numerosas ocasiones a muchos de los usuarios a enfrascarse en tremendas discusiones donde incluso se suele llegar al insulto, a la descalificación sin fundamento, y al no reconocer lo evidente como si fuera la vida en ello? ¿Que hay detrás de esa posturas numantinas que ya quisieran para si los auténticos ciudadanos de Numancia? Si, lo sé, mi afición por la psicología me lleva a ocuparme de determinados asuntos que no se quieren ver, a casi nadie le suele gustar dedicarse a estudiar “las miserias humanas”.
Si echamos un vistazo a la reconocida teoría de “la Pirámide de las necesidades de Maslow” veremos que los seres humanos tenemos necesidades de orden inferior que son las físicas y de seguridad y necesidades de orden superior, que son las sociales, de estima y de autorrealización. Cuando se soluciona las necesidades básicas de alimentación, vestido y abrigo, el hombre desea amigos, y se torna social y grupal buscando el reconocimiento social y el respeto de sus amigos, y así realizar su independencia y competencia, busca satisfacer necesidades de estatus y autoestima. En las necesidades sociales el hombre tiene la necesidad de relacionarse de agruparse formal o informalmente, de sentirse uno mismo requerido. Estas tienen relación con la necesidad de compañía del ser humano, con su aspecto afectivo y su participación social. Dentro de estas necesidades tenemos la de comunicarse con otras personas, la de establecer amistad con ellas, la de manifestar y recibir afecto, la de vivir en comunidad, la de pertenecer a un grupo y sentirse aceptado dentro de él, entre otras.
Para las necesidades de estima, también conocidas como las necesidades del ego o de la autoestima, existe la necesidad común de toda persona de sentirse apreciado, tener prestigio y destacar dentro de su grupo social, de igual manera se incluyen la autovaloración y el respeto a sí mismo. Es necesario recibir reconocimiento de los demás, de lo contrario se frustran los esfuerzos de esta índole de generar sentimientos de prestigio de confianza en uno mismo, proyectándose al medio en que interactúa.
Creo que iréis viendo por donde van los tiros que envío, detrás de esto está la enorme aceptación y uso de las redes sociales de hoy en día. Una reciente investigación de la Universidad de York de Toronto concluye que los usuarios que más usan Facebook son los más narcisistas. Sin entrar en los juicios de valores y análisis sociológicos de dicho estudio, podemos encontrar una evidencia: las redes sociales van de la mano de la vanidad. Las redes sociales y particularmente los foros, sirven para mucho, poder compartir y adquirir conocimientos con tanta facilidad es algo muy loable, pero hay que aceptar que la vanidad influye en el comportamiento. No dudamos en exhibir nuestras vidas, publicar nuestros perfiles o, simplemente, divertirnos en frente de todos, a través del ordenador o del teléfono móvil, porque lo que esperamos es recibir reconocimiento e interacción por parte de los demás. ¿Ésto es necesariamente negativo? No, por supuesto que no, como digo es algo necesario y consustancial al ser humano, pero siempre y cuando como en tantas otras cosas no caigamos en el exceso (al igual que veremos en el miedo) y busquemos alimentar ciegamente nuestro ego en modos y maneras que en no pocas ocasiones rozan el esperpento.
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