Pudiera parecer muy evidente que en la finalidad de los grupos y foros de temáticas enfocadas a la supervivencia o el preparacionismo, además de las consabidas, diversas y a veces exageradas "muestras de exhibición" (o sea de mostrar por el mero hecho de mostrar sin más) de cuchillos, equipo o "cachivaches varios", lo que sin duda debería primar es la búsqueda y trasmisión de información veraz y contrastada que sea de utilidad real y práctica para sus miembros. Pero lamentablemente la realidad enseña que lo que nos encontramos en no pocas ocasiones en la práctica, es que lo que se valora como adecuado en primer lugar es “el no contradecir o molestar a nadie”, incluso aunque ese alguien falte de forma manifiesta a la verdad en sus opiniones o informaciones, máxime si quien ofrece la "desinformación" con su participación goza de cierta popularidad.
¿Pero y esto porqué? ¿Qué lleva a que se valore como más importante "la amistad y el compañerismo" dentro del grupo que la veracidad y la objetividad sobre la información o el ejemplo mostrado? No olvidemos que estamos hablando nada menos que de grupos de temática sobre SUPERVIVENCIA donde divulgar información incorrecta o conductas inapropiadas pueden suponer un riesgo para la integridad de algunos miembros luego en sus vidas quienes aún por falta de criterio suficiente lo pueden llegar a asumir como correcto y adecuado. Desde luego hay varias posibles causas que pueden originar tales conductas entre los miembros e incluso moderadores y administradores de estos grupos. Algunas pueden ser de tipo individual y como ya mencioné en este otro artículo "DEL MIEDO, EL ESTUDIO DE LA SUPERVIVENCIA Y OTRAS CUESTIONES... “QUE DAN MIEDO...”, pueden empezar por la “imperiosa necesidad” de destacar de quienes participan en ellos sin la suficiente responsabilidad y consciencia de lo que puede suponer el divulgar información imprecisa o errada, y que ante la situación de que alguien “les señale con el dedo ante todo el grupo” por el error cometido a menudo son muchos los que reaccionan poniendo el grito en el cielo haciendo gala de una preocupante e ínfima capacidad de tolerancia a la frustración en su personalidad. Y desde el punto de vista individual, la baja tolerancia a la frustración es sin duda un gran inconveniente a la hora de afrontar un revés cuando nuestras expectativas emocionales se ven contrariadas, y más aún si donde esperábamos recoger sólo aplausos, recogemos también “tomatazos”.
Cuando nos exponemos públicamente, sea del modo que sea, siempre estaremos sujetos a crítica (afortunadamente, sólo faltaba que quien quisiera pudiera ir por ahí diciendo a los demás lo que le plazca sin base ni fundamento alguno, nunca debemos confundir la libertad con el libertinaje), y ya no digo nada si lo que exponemos es en aspectos que conciernen a la seguridad de las personas, en un artículo, un trabajo, una entrevista, un libro o un vídeo o película, y aunque es evidente que muchos entre “sus amigos” en las redes sociales, y hagan lo que hagan, sólo quieren “palmeros” que les den siempre “una reconfortante palmadita en la espalda” y nunca les contradigan, me temo que nunca será así, o al menos no debería ser así, y sobre manera cuando si como digo se divulgan en público informaciones incorrectas o se muestran conductas inapropiadas, aquello de no dar buen ejemplo.
En ocasiones este bajo nivel de tolerancia a la frustración se verá reflejado en otros miembros del grupo de modo individual y personal y por ello evitarán así mismo contradecir a estas personas del grupo en un mal entendido gesto de amabilidad y compañerismo que no hace sino perjudicar a la comunidad, pero la causa principal que condiciona psicológicamente de modo profundo a la gran mayoría de participantes en estos grupos no suele ser individual sino grupal y se conoce en las formas de estudio de comportamiento de grupo como “La paradoja de Abilene”, llamada así por el conocido ejemplo que Jerry B. Harvey expuso en su libro de 1988 “The Abilene Paradox and other Meditations on Management” con el que explicaba este fenómeno que tiene que ver con que las personas integrantes de un grupo en numerosas ocasiones tienen tendencia a dejarse influir por la corriente generalizada del grupo por miedo a ir en contra de esta opinión generalizada aún en contra de sus deseos individuales, y lo que puede ser más sorprendente para algunos, aún a costa de que esta opinión generalizada no sea correcta porque se supone que es lo que los demás miembros quieren.
Llevado a lo que nos ocupa en foros y grupos, esta paradoja se refleja en que si la corriente generalizada dice (aunque no esté escrita en ningún lado, ya se sabe aquello de "las reglas sociales no escritas") que lo que debe primar “es ante todo la participación, el amiguismo y el buen rollito” , habitualmente nadie tendrá el valor necesario para manifestar su disconformidad públicamente y menos aún “si el que saca los pies del tiesto” es otro miembro en cierta medida popular, y esto incluso aunque falten a la verdad, porque "a ver quien se atreve a contradecir al guapo o la guapa de turno". Este modo de proceder del grupo por supuesto contará además con el consentimiento implícito de sus moderadores y administradores, que en no pocas ocasiones por falta de valor y comodidad, mirarán para otro lado y añadirán un refuerzo más en la dirección incorrecta para la marcha del grupo de discusión o foro, porque esto no hará otra cosa que repercutir negativamente en la calidad de la información de dicho grupo o foro, que de continuar por este camino acabará siendo cualquier cosa menos un foro o grupo de discusión serio, riguroso y objetivo donde poder acercarse a conseguir información de calidad.
¿Y la solución a estos problemas? (Por supuesto que hay otros problemas, pero quizá ninguno mina la buena marcha de un foro o grupo de modo tan sibilino) Pues me temo que la solución no es fácil, sumadas a los consabidos intereses personales de tipo emocional (aquello del ego) o lucrativos, tenemos la falta de rigor a la hora de escoger personas capacitadas y con criterio y valor suficiente para ejercer de moderadores que conlleva el que estos las más de las veces se guíen por erróneos criterios de interés personal o colectivos como los ya citados, pero claro, a ver como se arregla... ¿Tienen ustedes algunas soluciones que aportar? "Soy todo oídos” ;)
Saludos
Hace ya algún tiempo que las redes y los programas de TV incitan al espectador a seguir un tipo de "supervivencia" cargada de testosterona, aquella mal entendida supervivencia en la que uno ha de demostrar que con un cuchillo y un pedernal puede sobrevivir un fin de semana en las montañas españolas. La mal entendida supervivencia de aparador, aquella que parece empujar a una persona a demostrar al resto que son capaces de realizar proezas, como bien dices, puede llevar al algunos a realizar auténticas imprudencias con el tlf en el bolsillo y la seguridad de llamar al 112 en caso de emergencia, emergencia en la que ellos mismos se habrían puesto por irresponsabilidad propia.
ResponderEliminarParece que se quiere imponer el show televisivo al razonamiento, cuando debería ser todo lo contrario. Una verdadera situación de supervivencia nunca deber ser buscada, en cuanto a que puede ser un verdadero riesgo para la vida, y es entonces cuando aparece la pregunta ¿ estoy dando buen ejemplo?, pregunta que se responde por si sola con un rotundo NO.
Siempre habrá dos tipos de "maestros", "instructores", aquellos que enseñan a lucirse y aquellos que llevan un extintor a las acampadas/cursos. Será tarea del alumno o el aprendiz entender que las situaciones de verdadera supervivencia se han de enfrentar bien provistos de equipo y cabeza, que ese tipo de situaciones ya nos empujarán por si solas a verdaderas situaciones de supervivencia sin que tengamos que ir a buscarlas.
Y a modo de ejemplo pongo Italia, con sus últimos terremotos y el último tornado, situaciones de verdadera supervivencia que te enseñan la diferencia entre el show y la realidad.
Resumo en un párrafo.
En un curso un alumno me preguntó, ¿cuantos métodos de encender fuego conoces y cual es tu preferido? mi respuesta fue: muchos, no tantos como quisiera, sigo aprendiendo más cada vez que tengo ocasión, mi método preferido es el encendedor, nunca nadie me ha pagado más por hacer algo complicado.
Gracias por tu aporte Albert, que además en tu caso conociéndote un poco sé que no podía ser de otra manera más que cargado de sensatez. Todavía no hace mucho escuché tu participación junto con nuestro amigo común Raúl Hurtado (Subdirector de la Escuela de Supervivencia Anaconda I) en el programa de RNE "El canto del grillo - En voz alta: Preparacionistas", programa que me pareció muy interesante y compartí en el grupo
ResponderEliminarhttps://www.facebook.com/groups/todopueplosupervivencia/
que administro conjuntamente con mi buen amigo Toni Ervás (otro catalán cargado de sensatez con el que colaboro en estos temas desde hace años), con este encabezado:
“Sobre el movimiento preparacionista en nuestro país, curiosidades... Y aunque de perfiles abundaba la cosa en el programa, a la psicóloga se la veía un poco despistada y se le notaba mucho el sesgo, menos mal que hablando sobre este asunto había quienes ahí tenían una visión más realista y equilibrada”.
Y aunque como es lógico podemos diferir en algunos procedimientos concretos, como vemos en general sobre el núcleo del asunto estamos en la misma onda sobre el enfoque que se le deben dar a estas cuestiones de “La Supervivencia” y el preparacionismo para poder acercarlas de modo realista y coherente a la mayoría de nuestra sociedad, de modo que resulten una verdadera ayuda y apoyo.
Y por supuesto algunos no estamos dispuestos a quedarnos cruzados de brazos y mirando para otro lado dejando que campen a sus anchas quienes van desinformando y/o actuando de modo irresponsable trasmitiendo una actitud del todo desaconsejable con su mal ejemplo tanto en los Mass Media convencionales como en las nuevas redes sociales, aún sabiendo como decimos que hoy por hoy aún tendremos que bregar pesadamente contracorriente.
Saludos.
Di que si, que nos conozcan por nuestros actos, ya sean buenos o malos. Siempre me he considerado un aprendiz entre maestros, y la sensatez es aquello más valoro de entre los que aprendo.
EliminarUn saludo.