domingo, 13 de noviembre de 2016

POTABILIZACIÓN DE AGUA (Y ERRORES FRECUENTES...) PARTE 2


POTABILIZACIÓN DE AGUA (Y ERRORES FRECUENTES EN SU PRÁCTICA)
SEGUNDA PARTE



Una imagen del todo justificable, pero recurrir a estos métodos sin necesidad no parece recomendable...


 Y es con este método, con el hervido, con el que vamos a comenzar por ser uno de los métodos más seguros y sencillos que existen para nuestro propósito. La forma más eficaz de eliminar todo tipo de agentes microbianos que originan enfermedades en el agua, inclusive virus, es calentarla hasta el punto de ebullición. Para asegurar su potabilidad debe hervir (100 ºC) vigorosamente durante 1 minuto y después enfriarse a temperatura ambiente. No es estrictamente necesario llegar a esta temperatura para potabilizar, pero es un punto muy útil y que se puede reconocer sin termómetro. Menores temperaturas pueden bastar, pero debe prolongarse el tiempo de calentamiento, considerándose útiles las temperaturas > 60 ºC. Si no es posible la ebullición una posible alternativa es utilizar el agua del grifo a una temperatura que sea demasiado caliente al tacto, lo que es probablemente una temperatura entre 55 ° C y 60 ° C, temperatura no idónea, pero que puede ser suficiente para potabilizar el agua. Debido a que el punto de ebullición disminuye al aumentar la altitud, en alturas superiores a 2.000 m el agua debe hervir durante 3 minutos (o añadir un desinfectante químico tras hervirla 1 minuto).




 Tras hervir el agua es imprescindible prevenir que vuelva a contaminarse. Sobre todo, hay que tener cuidado con la posible recontaminación causada por las manos, los utensilios y los recipientes de almacenamiento, siendo esto último otros de los errores comunes en la práctica de manipulación de aguas, de poco nos servirá desinfectar el agua si luego se vuelve a tocar con las manos u objetos no desinfectados y sin la suficiente garantía de higiene.

El método "de fortuna" por excelencia para potabilizar agua en situaciones de supervivencia siempre que nos sea posible su utilización, el hervido

 Cuando hervir el agua no es posible, la desinfección química es otro método para hacer medianamente segura el agua para beber, aunque algunos microorganismos podrían resistir este método (p.e: Cryptosporidium, Cyclospora, Toxoplasma…). Pero la eficiencia de los desinfectantes químicos está en función de ciertos parámetros que ahora veremos, algunos de los cuales en la práctica cuando se hacen recomendaciones sobre su uso se suelen ignorar, entre ellos como veremos uno fundamental y que suele ser obviado es el de la temperatura:

1: TIEMPO DE CONTACTO: Una de las variables más importantes en el mecanismo de desinfección es el tiempo de contacto. Ha sido observado que mientras mayor sea el tiempo de contacto mayor es la efectividad del desinfectante. Los microorganismos que forman esporas y quistes son muy resistentes al cloro y requieren de mayor tiempo de contacto y/o mayores dosis de cloro a una temperatura determinada a un pH específico.
2: CONCENTRACIÓN Y TIPO DE BACTERICIDA: La concentración del desinfectante junto con el tiempo de exposición, son los factores más importantes en el efecto bactericida. A mayor concentración mayor es el poder bactericida, aunque se llega a un límite en el cual el efecto bactericida permanece constante aún cuando se incremente la concentración del agente biocida. También el efecto bactericida es dependiente de la sustancia empleada; por ejemplo, entre los oxidantes: cloro, bromo y yodo, se observa una relación directa entre efectividad bactericida y potencial de oxidación de la sustancia.
3: TEMPERATURA: La temperatura también es factor de importancia en la efectividad germicida; a mayor temperatura mayor efectividad de la sustancia bactericida, y este aspecto resulta ser el "gran olvidado" a la hora de recomendar las pautas de actuación con métodos químicos como luego veremos. Si el agua está fría disminuye la eficacia de estos productos, por lo que en lo posible debe utilizarse agua >25º.
4: NUMERO DE MICROORGANISMOS: Otro factor a considerar en el proceso de desinfección, es la población de microorganismos. Mientras mayor sea el número de microorganismos a destruir mayor es el tiempo de contacto requerido y/o la concentración del bactericida empleado.
5: TIPO DE MICROORGANISMOS: Algunas bacterias mueren fácilmente en contacto con el agente bactericida; otros son altamente resistentes y requieren de una acción mas intensa. Los microorganismos que producen esporas, son especialmente resistentes a la acción bactericida y solo son destruidos por efectos caloríficos, o por una larga e intensa exposición a algún agente físico o químico.
6: NATURALEZA DEL LÍQUIDO SUSPENDIDO: El medio en que se encuentran los microorganismos es factor importante para la efectividad bactericida. En aguas turbias, en presencia de partículas coloidales, la efectividad bactericida disminuye. Esto se debe a que el microorganismo puede cubrirse al encapsularse entre las partículas de material suspendido, evitando así el contacto directo con el agente bactericida, sobreviviendo a su acción, para evitar esto es necesario un buen filtrado previo del agua que vamos a tratar. (Los diversos métodos de filtrado no son objeto de este trabajo)

7: pH DEL LIQUIDO SUSPENDIDO: El pH es determinante en reacciones similares a las que ocurren con el cloro al formar los derivados activos el HOCl y ClO-. Como el HOCl es de 40 a 80 veces más potente como desinfectante que el ión hipoclorito ClO-, el efecto bactericida del cloro también está en función del pH del agua.



 Los desinfectantes químicos más utilizados en tratamiento de agua son los denominados Halógenos, el Cloro y el Yodo,  aunque ambos confieren sabor al agua tratada. Para mejorar el sabor tras el tratamiento del agua con halógenos se puede reducir la concentración y aumentar el tiempo de contacto proporcionalmente o pasar el agua, tras el tiempo de contacto necesario, a través de un filtro que contenga carbón activo (que en el caso de usar yodo también es útil para quitar el exceso del mismo). Para el uso de estos productos es importante no olvidar llevar un cuentagotas. 

 El cloro y sus derivados son con mucho los agentes desinfectantes que más se emplean en el mundo. Es posible emplear compuestos tales como: el cloro gas, el hipoclorito de sodio (cuya disolución en agua es la comunmente conocida como lejía), el hipoclorito de calcio o compuestos organoclorados como el ácido tricloroisocianurico (cloro 90). Eventualmente todos ellos producen el ácido hipocloroso HClO y el ión hipoclorito ClO- que son los agentes activos, y su efectividad depende de la cantidad de estos componentes que el compuesto clorado forme al estar en solución acuosa. El cloro no es tan fiable para matar los organismos causantes de enfermedades cuando existe turbidez en el agua a tratar (ya vimos el porqué anteriormente en el punto 6 de los factores que afectan a los desinfectantes químicos), pero puede resultar útil, sobre todo en combinación con otros métodos (filtración, calor…). Tiene la ventaja de ser barato y fácil de encontrar, en forma de hipoclorito sódico (lejía), en cualquier lugar del mundo (La lejía para potabilizar el agua no debe estar perfumada ni llevar jabón, leer siempre la etiqueta del envase, donde debe leerse “apta para la cloración del agua de bebida”).

 La dosis recomendada varía según la presentación elegida. Las más habituales son 2:
Con Lejía normal (hipoclorito sódico al 5%) la dosis recomendada es de 4 gotas/litro, aunque existen presentaciones comerciales más diluidas (p.e: Amukina®) que indican, lógicamente, otras concentraciones. Para desinfectar verduras y hortalizas se recomienda una dosis algo mayor, de unas 10 gotas por litro.

 Con las pastillas de Dicloroisocianurato de Sodio se realizará la desinfección según las instrucciones de cada fabricante (puede variar la concentración de principio activo). Existen pastillas comercializadas en España (Micropur Forte®, Aquatabs®…) de venta generalmente en tiendas deportivas y de aventura. También es posible encontrar otros compuestos del cloro eficaces de diversas marcas en el mercado, con eficacia similar. El mínimo tiempo de contacto (a una temperatura ambiente media y con el agua a una temperatura de unos 25 ° C) es de 30 minutos, debiendo aumentarse si el agua está más fría (por ejemplo: una hora a menos de 10 ° C) Y ojo con esto que aquí tenemos otro de los grandes errores, porque en determinados ambientes como puede ser la montaña y sin necesidad de estar en invierno, muchas de las fuentes de agua que tendremos disponibles fácilmente pueden estar a temperaturas inferiores a esos 10 ° C que se nos marcan de referencia, siendo sin embargo muy común en la mayoría de información que se puede encontrar a día de hoy en foros, grupos, blogs y demás lugares dedicados a la "supervivencia" que no se mencione en absoluto este importante aspecto.



 Y vamos con el yodo, que contrariamente a lo que muchos creen, salvo por su no tan común disponibilidad y economía es preferible su uso al del cloro en cuanto a eficacia, pues tiene varias ventajas con respecto a este, ya que es más fácil de manejar, se inactiva menos que el cloro por substancias orgánicas y protege contra protozoos y sus formas quísticas, lo que lo hace especialmente útil en regiones tropicales. El riesgo de utilizar yodo, en general, es bajo cuando se usa ocasionalmente y en dosis adecuadas. Una sobredosis aguda provoca el vomito, por el que se expulsa cierta cantidad, y, respecto a la toxicidad crónica, si se siguen las dosis recomendadas, no parece una posibilidad que deba preocupar. De cualquier forma, no se debe utilizar yodo en ninguna de sus formas para desinfectar el agua de forma prolongada (más allá de unas pocas semanas) y nunca para el agua de bebida de embarazadas, personas con enfermedades tiroideas o personas con hipersensibilidad conocida a este compuesto.

 3.1.a) Instrucciones para la desinfección de agua con Pastillas de Yodo:
Siga siempre las instrucciones del fabricante de las pastillas.
Si el agua está turbia, el doble del número de comprimidos.
Si el agua está muy fría, a menos de 5 ° C (41 ° F), se debe intentar calentar el agua. Si no es posible se debe aumentar el tiempo de contacto recomendado (tiempo de reposo entre la adición del desinfectante al agua y el momento de beberla) para conseguir una desinfección fiable.
La pega es que este tipo de pastillas son difíciles de encontrar en España.
 3.1.b) Instrucciones para la desinfección de agua con Tintura de Yodo:
Si la tintura de yodo es al 2%, añadir 5 gotas por litro de agua limpia. Si el agua está turbia, agregar el doble (10 gotas por litro).
Dejar el agua en reposo durante 30 minutos antes de beber si la temperatura del agua es de al menos 25 ° C. Si el agua está más fría, aumentar el tiempo de reposo (por cada 10º menos de 25º doblar el tiempo antes de beberla)

 3.1.c) Instrucciones para la desinfección de agua con Povidona yodada, solución al 10% (p.e: Betadine®, Topionic®, PY Cuve®, etc.…). Aquí tenemos un punto más que suele llevar a confusiones, la Povidona Yodada como fácilmente se puede suponer por lo antes mostrado no es tintura de yodo, por eso se llama Povidona Yodada, puesto que al yodo se le añade la povidona, cosa que no ocurre con la tintura donde no se añade este polímero, al punto que aún no está totalmente demostrada su utilidad para lo que nos ocupa, pero en caso de urgencia se recomienda usar una dosis de 8 gotas durante 15 minutos o de 4 gotas durante 30 minutos por cada litro de agua.


Filtro "potabilizador" Sawyer MINI, uno de los más populares hoy en día, pero ojito, como veremos no elimina virus...
 Y ahora con los filtros potabilizadores tan de moda hoy día (no los que son simplemente filtros). Y aquí, aún siendo filtros potabilizadores debemos tener en cuenta algo que en muchos casos tampoco se hace y es que algunos de los filtros portátiles más populares hoy día en el mercado no eliminan eficazmente los virus, lo que hace precisa la desinfección química del agua después de la filtración (y esto incluye a filtros potabilizadores tan conocidos como el Sawyer MINI, el LifeStraw Personal Portátil, o el Katadyn Bidón Softflasks que no contemplan la eliminación de virus). Los filtros más comunes son los de cerámica, los de membrana y los de carbón en bloque. Es fundamental que el poro sea adecuado, siendo los de 1 micrómetro o menos los que aseguran la máxima eliminación posible de microorganismos (no por ello eliminan los virus). Muchos filtros comercializados no llegan a este tamaño y no filtran más que algunos microorganismos. Son un método altamente recomendable en combinación con otros, pero debe tenerse en cuenta su precio (sobre todo de los más fiables y complejos que tienen casi todas las marcas del tipo que si eliminan virus como por ejemplo el LifeStraw Family, un producto más grande diseñado para uso familiar que también filtra el 99.99% de los virus) y el espacio que ocupan, al tomar la decisión sobre su uso en viajes. Por tanto aquí deberemos tener muy en cuenta a la hora de escoger un filtro potabilizador que tipo de uso le pensamos dar y en que circunstancias, porque filtros del tipo portátil que no eliminan virus no son recomendables para usarlos sin más alegremente en cualquier circunstancia y lugar si no es por una verdadera situación de necesidad ajena a nuestra voluntad donde no tenemos más opciones y no por una mala planificación de nuestras actividades 



 Finalmente mencionar que aunque existen otros muchos métodos recomendados en diversos foros para la potabilización del agua durante los viajes, no son tan fiables como los anteriormente descritos, y no deberían ser nunca nuestra primera opción, salvo otra vez situaciones de verdadera necesidad. Entre estos están el dióxido de cloro (ClO2). Los comprimidos y las formulaciones líquidas generan dióxido de cloro en el momento de su uso. Sirven para el tratamiento de agua en pequeña cantidad. No persisten en el tiempo y se degradan en seguida por la luz solar (hay que utilizar el producto inmediatamente tras abrirlo y beber el agua en corto tiempo).
La Luz Ultravioleta (UV): Muchos datos demuestran que la luz UV puede matar diversos microorganismos presentes en el agua, incluidos los virus. El efecto depende de la dosis y tiempo de exposición UV, y requiere de agua clara, porque las partículas en suspensión pueden proteger a los microorganismos contra los rayos UV. No da sabor
- Aparatos de luz UV: Existen aparatos portátiles (p.e: Steripen®)que funcionan con baterías que entregan una dosis medida y temporizada de UV, que pueden servir eficazmente para desinfectar pequeñas cantidades de agua clara en el campo, sin embargo, se necesitan más pruebas para asegurar su eficacia. Son relativamente caros y precisan pilas o fuentes de energía.
- La Irradiación UV por la luz solar (“desinfección solar” o método SODIS) puede mejorar sustancialmente la calidad microbiológica del agua y puede ser aceptable para situaciones de emergencia. Se utilizan botellas transparentes preferiblemente extendidas sobre una superficie oscura y se exponen a la luz solar durante un mínimo de 4 horas. La inactivación por los rayos UV y el efecto térmico son sinérgicos para la desinfección solar de agua potable, pudiendo alcanzar una temperatura de hasta 65 ° C, que pasteurizará el agua después de 4 horas. La desinfección solar no es eficaz en el agua turbia (si los titulares de un periódico no se puede leer a través de la botella de agua, entonces el agua debe ser filtrada antes de la irradiación solar). Si el cielo está nublado a > 50% la irradiación solar no se considera eficaz.

El Ion Plata tiene efectos bactericidas en dosis bajas y algunas características atractivas, como la ausencia de color, sabor y olor. El uso de la plata como desinfectante del agua potable es popular en Europa, pero no está aprobado en los Estados Unidos. Se utilizan en forma de pastillas, generalmente (p.e: Micropur Classic®, de venta en tiendas deportivas). La Organización Mundial de la salud (OMS) no admite este compuesto como un desinfectante eficaz (biocida) y no es, por lo tanto, recomendable para la desinfección del agua.


En la antiguedad cuando no se conocían otros métodos se usaban monedas de plata en recipientes, depósitos o aljibes para desinfectarla en gran medida, un conocido ejemplo es el de la colonización del Far West en el siglo XIX donde se usaban en los bidones de agua que transportaban los colonos en las caravanas
 Existen así mismo varios productos comunes que tienen efectos antibacterianos en el agua y que se comercializan para los viajeros (peróxido de hidrógeno, permanganato de potasio...). En general no existen datos suficientes para recomendar para la desinfección del agua con estos productos. Y evidentemente este es un campo enorme casi inabarcable donde además de los inevitables errores se pueden producir cambios y nuevos descubrimientos en cualquier momento, sería muy de agradecer que todo aquél que pueda aportar algo en este sentido en cuanto a información debidamente contrastada nos lo hiciera llegar igualmente de forma desinteresada para beneficio de todos, gracias y saludos.


Referencias de consulta y biliografía: 
-AMSE: Asociación de Médicos de Sanidad Exterior 
-Ingeniería de Tratamiento y Acondicionamiento de Aguas.
-Wikipedia
-www.katadyn.com
-lifestraw.com
-sawyer.com

1 comentario:

  1. sabemos que para tener agua que realmente nos sirva para nuestro consumo debemos tener un potabilizador portatil de agua, es muy práctico y sobre todo bastante útil para ayudar a contribuir una buena salud.

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